Gracias a Dios vi primero la
película antes que leer la novela o habría estado cuestionándome todo el tiempo
(como con Love, Rosie) por qué son tan diferentes. No obstante, The Duff es una
de mis películas favoritas del año.
La película está basada en el
término Duff: Designated Ugly Fat Friend, que significa Amiga Designada
Fea-Gorda, y digo que está basada en el término porque después de haber leído
la novela no encontré que la película siguiera el argumento del libro (a pesar
de que los personajes tienen los mismos nombres); la película es tierna e
inocente, y probablemente mejor que el libro, aunque, agrego, no dejé de leer
hasta que terminé la historia.
En la película, una chica de
secundaria, Bianca, es designada “The Duff” por su vecino, el chico más
codiciado de la escuela, Wesley Rush, lo que ocasiona una serie de eventos. En
consecuencia, al cuestionarse el término con sus mejores amigas, rompe todo
tipo de relación con éstas y hace un trato con Wesley: ella le ayuda con Ciencias y
él le explica cómo debe actuar para dejar de ser una Duff y conquistar al
chico que le gusta, Toby Tucker.
Después de haber visto la
película, me esperaba la misma historia para el libro (a pesar que había
sido advertida por mi amiga en Twitter,
@ana_iris, de que era algo diferente),
sin embargo fue bien distinta, mucho más madura, bastante adulta a decir
verdad, con más sexo del que esperaba en un libro del género Young Adult, y mucho más intensa.
En el libro de Kody Keplinger,
Bianca está atravesando una situación familiar que la lleva a buscar refugio en
el man-whore de la escuela, Wesley
Rush, que últimamente, con la excusa de hablarle para causar buena
impresión en sus mejores amigas, la denomina The Duff. En un siguiente encuentro, Bianca lo besa como medida de escape
a sus problemas pero pronto se encuentra besándolo cada vez más e inmersa en
algo parecido a una relación, que en principio le causa una repulsión liberadora
y a la que después parece ser adicta.
Me gustaron ambas, la película y
la novela, como dije, una muy inocente, la otra más adulta, pero las dos con un
mensaje positivo sobre la confianza en sí mismo, sin importar
cómo luzcamos; es nuestra personalidad la que nos hace atractivos a los demás.
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