lunes, 27 de noviembre de 2017

Cine - Noviembre 2017



cine

Desde Sing Street, pasando por Baby Driver y Children of Men, hasta Tulip Fever. Este es el Cine que he visto en Noviembre.

Comenzando por Sing Street, una película irlandesa recomendada por mi hermana, y ahora por mí para ustedes, relata las aventuras y desventuras de un joven músico, cuya rutina cambia cuando es cambiado a una escuela cristiana.  Una película para soñadores con una banda sonora extraordinaria.
 

Abrí el archivo como para saber de qué se trataba y me enganchó, pero no fue tal cosa después de todo. Basada en el libro de Dave Eggers, The Circle explora cómo el exceso de tecnología podría cambiar radicalmente nuestras vidas.
 

Sigo con Baby Driver, que no es precisamente mi estilo de película pero Ansel Elgort es perfecto.
 

Ante la preocupación migratoria global, mi hermana, la verdadera cinéfila de la familia, a la que le gustó A Ghost Story, y la que no tiene un blog para demostrarlo, está siempre hablándome de Children of Men en relación al tema y de cómo es una película visionaria sin, probablemente, pretender serlo, y pues, tenía que volver a verla porque la verdad es que no recordaba nada. Baby Diego. Pobre Baby Diego. La película es extraordinaria, por cierto. No todas las recomendaciones de mi hermana son malas. Hace un cine perfecto el domingo por la tardecita, en la comodidad de tu sala.
 

La tenía reservada desde hace tiempo porque solo acepto ver películas de Navidad en tiempo de Navidad, como Just Friends, por ejemplo, que he perdido la cuenta de cuántas veces la he visto en estos días, pero lo cierto es que Office Christmas Party no es la gran película de Navidad pero sí la pone a una en humor. Solo lamenté que ya que teníamos a Bateman y a Aniston juntos, Sudeikis no hubiera formado parte del elenco.
 

Cierro con Tulip Fever, por supuesto, la película que más me gustó del mes, un romance histórico recreado en el tiempo en que los tulipanes cautivaron Amsterdam. Es posible que ya existan películas parecidas, de hecho, últimamente han aparecido varias en las que se deja claro el adulterio en estos matrimonios arreglados de la época, pero siendo una película histórica, y yo no puedo resistirme a una película de histórica, la encontré bonita y entretenida.
 

En los tiempos de la fiebre del tulipán en Amsterdam, una mujer y su criada llegan a un importante acuerdo que salvará las vidas de ambas.
Tulip Fever está basada en la novela de Deborah Moggach.

También puedes ver:
 
 
 

 

Leídas en Noviembre 2017



Libros


 

Éste no ha sido mi mejor mes de lecturas. Empecé leyendo una novela que quería leer y que no superó las expectativas. Continué con la tercera fase de mi Proyecto Austen, que no completé porque ha sido uno de los libros más tediosos que he leído en lo que va del año. Y terminé dándole la oportunidad a una de las autoras independientes que he conocido en este mundillo indie y de redes sociales.

Nadie como tú

Es un hecho, Andrew Parrish y yo estábamos destinados a conocernos en ese autobús en Kansas.

Con una bonita portada parecía una novela especial. No había leído en sí de qué se trataba pero me motivé; no obstante, y será porque no creo en los amores a primera vista, esta novela, que pretende dejar un mensaje sobre lo que es encontrar a tu alma gemela, no superó ni un poco las expectativas. No fue mala pero tampoco fue buena, no aportó nada a mi vida ni me dejó pensando en sus personajes ni en la historia.  Con toda la publicidad que tiene, menciones en blogs —en éste una más—, me esperaba algo mejor, pero me doy cuenta de que habría sobrevivido perfecta y tranquilamente sin leerla.

Sinopsis
Dos jóvenes, cada uno con un secreto que les marca, emprenden un viaje en el que la casualidad les hará involucrarse sentimentalemente aunque traten de evitarlo.

Frases destacadas
Si alguien se engaña con cómo funciona el amor, con cómo es el verdadero amor, es la población adulta.

Nadie como Tú es una novela de J.A. Redmerski.


Divorcio en Nueva York

Incluida en mi Proyecto Austen de este año, Divorcio en Nueva York ha sido la decepción del mes. 

Aunque tiene una sinopsis chispeante, lo que me motivó a descargarla hace un tiempo y a resguardarla como uno de los libros especiales de mi Proyecto Austen 2017, no pasa de ahí. 

Divorcio en Nueva York es una comedia de la autora Cathleen Schine, adaptada de la novela de Jane Austen, Sensatez y Sensibilidad, en la que tres mujeres, una madre y sus dos hijas, todas con problemas económicos y digamos que casaderas, se retiran a una casa de verano de Westport con todo lo aquello implica, nuevos conocidos, cenas, almuerzos, etcétera. Hay elementos Austen en la trama, claro que sí, pero no es la mejor adaptación que he leído de un trabajo de Jane.

Hay más de Divorcio en Nueva York, en Proyecto Austen: Divorcio en Nueva York.

Ritual (Tentaciones nº1)

Leída al final, una novela independiente de la autora R. Crespo, es una historia que mezcla la romántica y la erótica elegantemente. Tiene sus altibajos pero me pareció que está narrada en un tono fresco que te mantiene interesada en el argumento.


Olivia y Víctor son amigos que se atraen pero que no se atreven a admitirlo hasta que llega el punto en que no se puede más y hay que ceder. Pero Víctor tiene una ligera regla, si es que Olivia quiere ligar con él, Primero, nada de enamorarse, y  Segundo, mientras estén juntos ninguno podrá mostrar interés en otra persona; es decir, exclusividad sin compromisos. Confuso, ¿no...? No tanto, pues a todos los que les gusten estos dos géneros la pasarán bonito leyendo esta historia.

Próximas Lecturas

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sábado, 18 de noviembre de 2017

Proyecto Austen: Divorcio en Nueva York



Libros / Jane Austen

Sensatez y Sensibilidad no es la novela más romántica de Jane Austen ––aunque he leído por ahí que Austen no escribía romance––, sí es una de sus obras más queridas por de su público. A los que vemos en Jane, además de una dibujante de los problemas femeninos de su sociedad, como una filósofa romántica, no compartimos el porqué de algunos eventos en Sensatez y Sensibilidad como por ejemplo: si Elinor y el Colonel Brandon parecían, en diálogos y entendimiento, perfectos y hechos uno para el otro, ¿por qué no los reunió?, o, ¿qué le veía Elinor a Edward Ferrars? En lo particular uno de mis pasajes predilectos de SyS es cuando Willoughby reaparece confesándole el amor que sí sintió por Marianne a Elinor, que, aunque sabemos que es un canalla, igualmente nos preguntamos ¿por qué prefirió dejarla con el Colonel? ¿Por qué, siendo Marianne tan joven, no optó por dejarla sola, ante la expectativa de enamorarse nuevamente de alguien contemporáneo con ella (sin menospreciar al Colonel que es un sol). Y como estas muchas preguntas, que no restan importancia a esta obra que, en sí, expone como tema principal la injusticia en la desigualdad de género de la época y cómo una madre, viuda, con tres hijas, tiene que continuar la vida, ajustándose a una renta flaca y privaciones por el simple hecho de que las propiedades no podían ser heredadas por la línea femenina.

En Sensatez y Sensibilidad, las edades de Elinor, Marianne y Margaret están comprendidas entre los 13 y 20 años aproximadamente; aunque son tres hermanas, la novela nos es narrada en tercera persona desde los puntos de vista de las dos mayores. Los dilemas románticos se ajustan perfectamente, que Marianne caiga en cama por depresión amorosa es algo relacionable pues todas nos hemos sentido miserables y con un corazón roto; y que Elinor no sepa que hacer con sus sentimientos cuando, a caballo, reaparece Ferrars es otro evento que todas hemos sentido alguna vez, aunque el príncipe no venga precisamente a caballo; Marianne representa el corazón, la sensibilidad, y Elinor el pensamiento, la sensatez


Divorcio en Nueva York, de la autora Cathleen Schine, es una adaptación de esta obra de Jane,  una comedia acerca de una madre que de la noche a la mañana se queda sin nada, su marido le solicita el divorcio más su ostentoso apartamento de Nueva York, que compraron con la inicial de cinco mil dólares que ella colocó. Betty, respaldada por la beneficencia de su primo Lou ––ya aquí empiezan a aparecer elementos Austen––, se va a vivir a su casa de verano de Wesport, en Connecticut, donde sus hijas, que están atravesando sus propias crisis de mediana edad, van a acompañarla.

El argumento de la novela, como cuando lo leí en la sinopsis, me pareció divertido, fue por esto que la descargué, pero después de unas pocas páginas no podía mantenerme concentrada; en oportunidades me pareció que había exceso de palabras, diálogos innecesarios y párrafos que no venían al caso, que la novela pudo ser la mitad de lo que es para lograr un mejor objetivo y enganche con el público. Sé que tengo mis propios problemas con envejecer, pero, realmente no me identifiqué con ninguna de estas tres mujeres, aunque me gustara el humor de Betty, la madre; si no recalcaban constantemente que Annie y Miranda eran cincuentonas, me habría parecido que estaba leyendo una novela con los problemas, dudas y aflicciones típicas de las jóvenes en sus veinte años, posiblemente porque Una novela tiene una trama, la misma trama de siempre. Sensatez y Sensibilidad debería ser ese tipo de novela sea cual sea el tiempo en el que se sea adaptada. No la hace más divertida que sean personas mayores, la vuelve, en mi opinión semi deprimente. No obstante, si a algún productor de cine se le ocurriese, como película, a lo Mamma Mía, estaría genial.
Divorcio en Nueva York, tristemente, es mi primera fase Incompleta de mi Proyecto Austen. Aunque leí aproximadamente el setenta y cinco por ciento del libro no sentí curiosidad por saber cómo terminaba.
 

Frases destacadas
*El amor era una de las razones que daba para no casarse, la razón prioritaria.
*Una novela tiene una trama, la misma trama de siempre.
*Las familias son el destino.
*Annie se sentía intensamente viva cuando estaba a solas, cuando callaba, cuando la rodeaba el silencio.
*A veces miraba los libros en las estanterías de la biblioteca y sentía con ellos un parentesco lleno, quieto, potente.
*¿Contaba eso alguna vez? ––pensó Betty––. Un corazón partido es un corazón partido.
*Y qué pesado hablar de envejecer como si fuera sinónimo de vivir.

Próxima lectura
Proyecto Austen: Persuasión


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Proyecto Austen: Agonía y Esperanza