domingo, 30 de enero de 2011

Orgullo y Prejuicio (Resumen e Impresiones - Capítulos XI al XV)


Sexy señor Darcy
El capítulo XI es importantísimo para el lector de Orgullo y Prejuicio porque se empieza a percibir una atracción más fuerte del señor Darcy por Elizabeth. No me habría gustado, por nada del mundo, ser Caroline Bingley en esta historia, quien en su desesperación por atraer el interés de Darcy hacia sí debe valerse de la señorita Elizabeth Bennet para que éste pueda brindarle siquiera algo de atención.
Señorita Eliza Bennet, déjeme que la convenza para que siga mi ejemplo y dé una vuelta por el salón. Le aseguro que viene muy bien después de estar tanto tiempo sentada en la misma postura.
Darcy empieza a reparar en Elizabeth de la manera más dulce e involuntaria e incluso les lanza al par andante un piropo que para la época debió haber sido escandaloso, a pesar de que hubiera sido pronunciado de manera elegante por un hombre circunspecto. La señorita Bingley, anhelante de su compañía, le invita para que camine con ellas, pero éste le responde:
Ustedes eligen este modo de pasar el tiempo o porque tienen que hacerse alguna confidencia o para hablar de sus asuntos secretos, o porque saben que paseando lucen mejor su figura; si es por lo primero, al ir con ustedes no haría más que importunarlas; y si es por lo segundo, las puedo admirar mucho mejor sentado junto al fuego
Sexy Mr Darcy al decir eso, Elizabeth tiene la propiedad de pensar rápido y replicar, especialmente a Darcy, así que, tal vez sin proponérselo, porque Elizabeth le tiene una profesada antipatía a Darcy, la velada transcurre en un coqueto contrapunteo entre estos dos, la mayoría de las veces, ella trata de ridiculizar la superioridad del respetable señor. Caroline se ve desplazada de toda la conversación entre Elizabeth y Darcy e interrumpe la animosa disputa que estos tenían sobre la vanidad y el orgullo con un poco de música, “a Darcy, después de unos momentos de recogimiento, no le pesó. Empezaba a sentir el peligro de prestarle demasiada atención a Elizabeth”.
Collins, un pintoresco personaje.
Las hermanas Bennet regresan a Longbourn, luego de esto sucede uno de los giros más graciosos, como su personaje, creados en la literatura, se anuncia la llegada del señor Collins.
En la Inglaterra del tiempo de Jane Austen, las propiedades de las familias se heredaban por la línea masculina, un tema siempre a discusión en las novelas de la autora, con algunos de sus personajes a favor como otros en contra, Orgullo y Prejuicio es una de las novelas en que esta situación es más palpable pues los Bennet, al tener cinco hijas mujeres, se ven privados de continuar el legado de sus propiedades, asunto que siempre agobia a la señora Bennet y que le es difícil interpretar, por qué sus hijas no podían pasar a tomar posesión de Longbourn cuando su marido falleciera. Otro punto importante, en la mayor parte de la novela, la señora Bennet está preocupada por su supervivencia, en caso de que ella sobreviviera a su consorte, junto con cinco hijas, todas casaderas pero todas sin marido.
Mr Collins era un clérigo que había sido beneficiado por la importante Lady Catherine de Borough con una parroquia en Rosings, y el pariente, por la línea masculina, más cercano para pasar a poseer Longbourn una vez que el señor Bennet pasara a mejor vida, éste, motivado por los comentarios sobre la belleza de sus primas, había escrito a Mr Bennet anunciando su visita, y con toda la pompa necesaria había que recibirlo.
Era un hombre de veinticinco años de edad, alto, de mirada profunda, con un aire grave y estático y modales ceremoniosos. A poco de haberse sentado, felicitó a la señora Bennet por tener unas hijas tan hermosas; dijo que había oído hablar mucho de su belleza, pero que la fama se había quedado corta en comparación con la realidad; y añadió que no dudaba que a todas las vería casadas a su debido tiempo.
Rápidamente se relacionó con la señora Bennet nada más que empleando estas palabras: “Lo que sí puedo asegurar a estas jóvenes, es que he venido dispuesto a admirarlas”, y en seguida escogió la que más le agradaba, Jane Bennet.
Sin embargo, a la mañana siguiente tuvo que hacer una alteración; pues antes del desayuno, mantuvo una conversación de un cuarto de hora con la señora Bennet. Empezaron hablando de su casa parroquial, lo que le llevó, naturalmente, a confesar sus esperanzas de que pudiera encontrar en Longbourn a la que había de ser señora de la misma. Entre complacientes sonrisas y generales estímulos, la señora Bennet le hizo una advertencia sobre Jane: «En cuanto a las hijas menores, no era ella quien debía argumentarlo; no podía contestar positivamente, aunque no sabía que nadie les hubiese hecho proposiciones; pero en lo referente a Jane, debía prevenirle, aunque, al fin y al cabo, era cosa que sólo a ella le incumbía, de que posiblemente no tardaría en comprometerse
Así que el pintoresco Collins cambió a Jane por Elizabeth. Cualquiera de sus hijas que tomara Collins por esposa convenía a la señora Bennet pues de este modo Longbourn continuaría en la familia y ni ella ni sus hijas se verían obligadas a marcharse cuando el señor Bennet falleciera y el heredero tomara posesión de la propiedad.
Discordia.
Las muchachas, ahora acompañadas de su primo, pasean por Meryton, el poblado circunvecino a Longbourn, en donde se había instalado un regimiento militar, por el que Lydia y Kitty deliraban, a través del oficial Denny conocen a Wickham, un apuesto y encantador caballero del regimiento que hace objeto de sus predilecciones a Lizzy.
Aún estaban todos allí de pie charlando agradablemente, cuando un ruido de caballos atrajo su atención y vieron a Darcy y a Bingley que, en sus cabalgaduras, venían calle abajo. Al distinguir a las jóvenes en el grupo, los dos caballeros fueron hacia ellas y empezaron los saludos de rigor. Bingley habló más que nadie y Jane era el objeto principal de su conversación. En ese momento, dijo, iban de camino a Longbourn para saber cómo se encontraba; Darcy lo corroboró con una inclinación; y estaba procurando no fijar su mirada en Elizabeth, cuando, de repente, se quedaron paralizados al ver al forastero. A Elizabeth, que vio el semblante de ambos al mirarse, le sorprendió mucho el efecto que les había causado el encuentro. Los dos cambiaron de calor, uno se puso pálido y el otro colorado. Después de una pequeña vacilación, Wickham se llevó la mano al sombrero, a cuyo saludo se dignó corresponder Darcy.
 ...

sábado, 29 de enero de 2011

Life as we Know it (Bajo el Mismo Techo)


¿Hay algo mejor que una comedia romántica después de un estresante día de trabajo y las aburridas actividades normales de los adultos?: No, creo que no.
No había visto Life as we Know it (Bajo el Mismo Techo) todavía, solo hasta ayer lo hice, y me encantó, es una de esas películas en las que sus protagonistas se dejan llevar por las malas impresiones y la antipatía, hasta que se enamoran, que tanto me gustan.
Holly y Messer son reunidos por sus amigos Allison y Peter en una cita a ciegas que no funciona desde el momento que se conocen, y que no llevan a cabo por la antipatía que surge entre ambos, no obstante, debido a su relación con sus mejores amigos, deben frecuentarse desde entonces y sus vidas cambian literalmente cuando debido a un fatal accidente se ven obligados a cumplir la última voluntad de Allison y Peter, la cual consiste en criar a su pequeña recién nacida, Sophie, juntos y en la casa donde estos solían vivir como familia, en el caso de que ellos faltaran.
Aunque la introducción de la cinta pudiera parecer muy cómica (si restamos el hecho del fallecimiento de los amigos), una pequeña y unos padres impuestos que aprendieron a llevarse bien, Life as we Know it, con algunas situaciones graciosas, es una película conmovedora, tierna, romántica y con un protagonista, Josh Duhamel, que nos hace suspirar a todas las chicas, así que a aquellos que les guste este género romántico del cine, no debería dejar de mirarla.

lunes, 24 de enero de 2011

Charlie St. Cloud


No puedo dejar de comentar Charlie St. Cloud.
Otra de esas películas del 2.010 que vi en el 2.011 es Charlie St. Cloud, que está basada en el libro del autor estadounidense Ben Sherwood, The Death and Life of Charlie St. Cloud, que traduce: La Muerte y Vida de Charlie St. Cloud, y que está protagonizada por Zac Efron (High School Musical, Zac Efron). No es mi predilecto Zac Efron pero creo que desempeñó bien su rol, aunque habría que leer el libro para estar segura de esto. 
Pues bien, Charlie St. Cloud es una adorable película que trata de manera dulce y romántica el misterio de la vida después de la muerte, por decirlo de alguna manera, y las conexiones de los vivos con los difuntos. Inicia presentándonos a la familia St. Cloud, dos hermanos muy unidos, uno adolescente y otro pequeño, Charlie y Sam, y una madre enfermera o doctora, esto no me queda claro, que viven en un pueblo costero, por lo que el poblado, sus calles y sus actividades deportivas, como la regata, forman parte de la historia, sin embargo se centra en las peculiares relaciones entre Charlie y su hermanito, y Charlie y Tess, una antigua compañera de clases con la que se reencuentra, a pesar de que nunca había intimado con ella en la secundaria, después de cinco años en condiciones particulares, Charlie no estudió en la universidad como debió, aunque tenía un futuro prometedor, y, por el contrario, tomó un trabajo muy diferente, era el encargado del cementerio donde reposaban los restos de su hermanito y el padre de Tess. 
Ésta es una película que podría ser profundamente triste, a pesar de que en mi manera de narrar sus situaciones pudiera percibirse un tono alegre, sin embargo no es así, y es lo que me gusta de ella, reflexiona sobre el tema de la muerte y los lazos que se tejen durante la vida y más allá de ésta, y sobre las oportunidades, en una historia tierna y llena de esperanza. Además, como bonus para mí, abarca todo ese tema de los amores que se reencuentran, que tanto me apasionan, las vueltas de la vida... que dicen.

sábado, 22 de enero de 2011

Orgullo y Prejuicio (Resumen e Impresiones - Capítulos VI al X)


Continuando la revisión, resumen e impresiones sobre Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. 

Unos Ojos Bonitos y una Madre Calculadora
Las reuniones y tertulias desde que el nuevo grupo de forasteros se instalara en Netherfield Park no cesaron, y, por supuesto, este importante grupo era invitado a cada una de ellas; y para sorpresa nuestra, el señor Bingley no era el único interesado por las hermanitas Bennet, daba la impresión que contra su voluntad, su amigo, a pesar de sus palabras para ella el día del baile, Mr Darcy, empezaba a manifestar interés por Elizabeth.
Ocupada en observar las atenciones de Bingley para con su hermana, Elizabeth estaba lejos de sospechar que también estaba siendo objeto de interés a los ojos del amigo de Bingley. Al principio, el señor Darcy apenas se dignó admitir que era bonita; no había demostrado ninguna admiración por ella en el baile; y la siguiente vez que se vieron, él sólo se fijó en ella para criticarla. Pero tan pronto como dejó claro ante sí mismo y ante sus amigos que los rasgos de su cara apenas le gustaban, empezó a darse cuenta de que la bella expresión de sus ojos oscuros le daban un aire de extraordinaria inteligencia.
Esta rareza se la comenta a la hermana soltera del señor Bingley, Caroline, quien se burla de su observación advirtiéndole, a un carácter como el de Darcy, que de esa forma emparentará con una inconveniente y peculiar familia.
Los sentimientos de Caroline se conocen, o sospechan, desde un principio, ella está interesada en Mr Darcy y normalmente lo hace objeto de adulaciones y su coquetería, pero si bien Darcy no la observa como nada más que la hermana de Bingley, Caroline le conoce bien y sabe que la manera de hacer declinar a un hombre orgulloso como él un posible afecto por una joven de cuna menor, como Elizabeth, es haciéndole ver, o recordándole, los defectos de su familia, una madre entrometida e interesada, un padre despreocupado y unas hermanas menores muy desprendidas.
Particularmente me gustan las maneras de Darcy y su forma de interesarse por Lizzy porque sus sentimientos por ella no nacen del amor a primera vista sino del estudio y observación de su carácter, “a pesar de que afirmaba que sus maneras no eran las de la gente refinada, se sentía atraído por su naturalidad y alegría”, así que comenzó a escuchar sus conversaciones con los demás y Elizabeth no tardó en notarlo, aunque no imaginaba que pudiera ser interés sino, quizás, los modos orgullosos del amigo de Bingley que tal vez trataban de intimidarla. No obstante, pienso, de alguna forma debió haberse sentido distinguida de tal interés, toda mujer se habría sentido de esa manera si un hombre con la importancia de Darcy la hiciera objeto de sus predilecciones.
Para ella  Darcy era  el  hombre que  se hacía antipático dondequiera que fuese y el hombre que no la había considerado lo bastante hermosa como para sacarla a bailar.
Darcy se dedicó a observarla, y entusiasmado por su carácter cuando la impertinencia del Sir William Lucas, vecino de los Bennet y padre de Charlotte, la mejor amiga de Lizzy, le sugirió que tomara a Elizabeth como pareja de baile, Darcy no desdeñó la oportunidad de aceptar la sugerencia, aunque sus maneras fueran afectadas y poco solícitas, supongo que la hermeticidad de su rostro, precisamente, no invitaba a bailar; sin embargo Elizabeth estaba resuelta a no aceptar, ella sentía una profunda predisposición para con el señor Darcy, así que respondió:
––De veras, señor, no tenía la menor intención de bailar. Le ruego que no suponga que he venido hasta aquí para buscar pareja.
Supongo también que, a la defensiva, éste debía ser el mejor modo de conducirse, cualquier mujer con una pizca de orgullo, a sabiendas de la opinión de Darcy sobre su persona, obviamente tenía y probablemente debía declinar la proposición de baile.
En la primera parte de la novela, Charlotte Lucas parece la observadora de las situaciones que ocurren en torno a la familia Bennet, especialmente entre sus amigas Elizabeth y Jane; éstas solían contarse los pormenores de las tertulias y bailes después que acontecían, Charlotte, en una de estas reuniones de cotilleo, expone a Elizabeth lo que piensa del comportamiento de Bingley y Jane: “A Bingley le gusta tu hermana, indudablemente; pero si ella no le ayuda, la cosa no pasará de ahí”, pero Elizabeth, quien es terca y cree ser la dueña de la razón todo el tiempo, se opone a esta opinión y justifica, porque conoce el carácter de Jane, el comportamiento de su hermana: “Ella le ayuda tanto como se lo permite su forma de ser. Si yo puedo notar su cariño hacia él, él, desde luego, sería tonto si no lo descubriese”.
Pronto llega para Jane una carta de las hermanas Bingley invitándole a cenar, y quién no hubiera querido tener una madre como la señora Bennet un día como éste. Jane solicita a su madre el carruaje familiar pero Mrs Bennet, previendo que lloverá, le autoriza para que asista a la invitación a caballo, ¿por qué?, porque, como predijo mal tiempo, su hija se vería obligada a quedarse en Netherfield, viéndose de este modo estimulado el interés de Bingley; y refiero que quién no hubiera deseado tener una madre como la señora Bennet un día como éste porque no solo llovió, sino que Jane se empapó durante el trayecto, pescó un fuerte resfriado y no tuvo que quedarse una sino varias noches hospedada en casa de sus amigos.
––Bien, querida ––dijo el señor Bennet una vez Elizabeth hubo leído la nota en alto––, si Jane contrajera una enfermedad peligrosa o se muriese sería un consuelo saber que todo fue por conseguir al señor Bingley y bajo tus órdenes.
Los caballos tampoco estuvieron para Elizabeth quien agitada por la salud de su hermana se enrumba en una caminata de tres millas a Netherfield atravesando lodo y charcos, ésta es una de las características que más admiro en Elizabeth Bennet, además de su mente independiente, es muy decidida y no se inquieta por los códigos de etiqueta cuando su prioridad es conocer el estado de salud de su hermana.
La impresión que dio Lizzy en Netherfield fue muy diversa, las hermanas de Bingley se asombraron por la audacia de una señorita de caminar tres millas sola y en el lodo, Bingley fue muy amable, el señor Hurst pensaba en su desayuno y Darcy estaba admirado del color que el calor había dado al rostro de Lizzy y la luz que imprimía a sus lindos ojos.
Jane no estaba mal pero tampoco estaba bien, necesitaba cuidados, cuando Elizabeth se plantea su regreso a Longbourn, Jane manifiesta su deseo de que su hermana se quede con ella, por lo que Elizabeth debe postergar su traslado y quedarse entre gente tan poco deseable por afecto a Jane.
El roce entre Elizabeth, los Bingley y Darcy comienza pues en deferencia a estos debe acercarse a ellos para cenar o compartir en los momentos en los que su hermana estaba descansando y constantemente debía soportar lo pretenciosa y antipática que se comportaba generalmente la señorita Bingley.
La desgracia ocurre cuando la señora Bennet y las hijas menores concurren a Netherfield para saber de Jane, quizás Elizabeth, cuando escribió a Longbourn para que su madre fuera a cerciorarse del estado de salud de su hermana, no temió en las consecuencias y en la vergüenza que su progenitora, y sus hermanas, con sus desproporcionados comentarios, le haría pasar ante estos extraños. La señora Bennet solo adulaba Netherfield y las hermanas cuchicheaban entre sí, y para completar la escena, Lydia, con mucha impertinencia, propuso al señor Bingley que ofreciera un baile...

miércoles, 19 de enero de 2011

Orgullo y Prejuicio (Resumen e Impresiones - Capítulos I al V)


Siempre es agradable reencontrarse con una vieja amiga, por vieja amiga me refiero a una gran novela, mi novela predilecta, Orgullo y Prejuicio, de mi querida Jane Austen; es agradable porque es una historia encantadora, cautivadora, que atrapa al lector con su auténtica y brillante trama, sin importar que ya se haya leído, y que, justamente por esto, por el conocimiento previo que se tiene de ésta y de sus personajes, permite una mejor apreciación tanto de los mismos como del argumento en sí.
"Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa."
Así inicia Orgullo y Prejuicio y se dice que, en aquel entonces, cuando fue publicada la novela, en el año 1813, se volvió una frase muy célebre entre los lectores de Jane Austen, supongo que por toda la ironía reflejada en esa oración, reconocido por todo el mundo, un hombre soltero y adinerado tenía que ser, por estrictas razones, objeto de asedio de las jóvenes del vecindario o ciudades circunvecinas, quizás de un país entero, objeto de matrimonio, y, por supuesto, necesitado de una esposa, quizás no porque él mismo quisiera la boda, sino porque la sociedad casamentera sin dilación quisiera adjudicarle una. Sin embargo me gusta más el sentido que le da el siguiente párrafo a la obra pues, en mi opinión, es el que verdaderamente introduce y da carácter a toda la novela:
Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean, que algunas le consideran de su legítima propiedad y otras de la de sus hijas.
La verdad tan arragaida en las mentes de algunas de las familias, no es otra que la de la señora Bennet, quien tan pronto conoce la noticia de que un caballero, no Darcy, Bingley, un adinerado joven, renta por tiempo indefinido Netherfield Park, una propiedad conjunta a Longbourn, donde viven, rompiendo muchos de los esquemas de esa sociedad inglesa, los Bennet, una familia compuesta por cinco hijas, Jane, Lizzy, Mary, Kitty y Lydia, todas casaderas.
La señora Bennet importuna a su marido para que corra a presentarse con el señor Bingley, pues el señor Bingley es excelente partido, como para esposo, de sus hijas, en especial para Jane, la hija mayor, quien ya tenía cerca de veintitrés años en la historia, y sabrá el lector que en aquella época una mujer de veintitrés años que no estuviera casada podía casi considerarse una solterona, la edad temible para perder cualquier oportunidad de matrimonio eran los veinticinco, después de los veinticinco años, en la época de Jane, aquella mujer que no se hubiera casado sería muy difícil que lo lograra, y quizás, con Jane Bennet, Jane Austen intentaba abrir en la percepción de sus lectores que no tenía por qué ser así.
El señor Bennet expone a su graciosa y descarada mujer, depués de muchos ruegos, que ya se había presentado con el señor Bingley, éste era uno de esos códigos de etiqueta que debían seguir las familias cuando un nuevo vecino llegaba a la comunidad, los viejos vecinos , en realidad, el jefe de familia, debían presentarle sus respetos y afecto, y todas, como era normal, tanto la señora como las hijas, quedaron felices con la noticia.
Como en todo pueblecillo pronto se iba a celebrar en Hertfordshire un baile público y en todo éste se corrió el rumor de que ese soltero adinerado, que ganaba alrededor de 4000 o 5000 libras al año, asistiría al baile: “El que fuese aficionado al baile era verdaderamente una ventaja a la hora de enamorarse”, pero también se dispersó el rumor de que éste no se presentaría solo sino con un grupo de amigos, doce damas y siete caballeros, y como era normal, “Las muchachas se afligieron por semejante número de damas”, es decir, con tantas damas ya no había necesidad de que los caballeros bailaran con ellas, pero no era tal la cantidad de damas ni de caballeros, Bingley se presentó en el baile con sus hermanas, su cuñado y Darcy, Mr Darcy.
Primeras Impresiones
Mr Darcy en seguida llamó la atención de la concurrencia pues era apuesto y de mucha presencia, y pronto se corrió el rumor de que ganaba 10.000 libras anuales, ¡y qué eran 5.000 libras de Bingley ante 10.000 de Darcy!, sin embargo sus afectadas maneras le hicieron perder el respeto e interés que se tejió sobre él, pues notaron que era un hombre decididamente orgulloso y el público del baile dejó de ponerle atención.
El señor Bingley era apuesto, tenía aspecto de caballero, semblante agradable y modales sencillos y poco afectados. Sus hermanas eran mujeres hermosas y de indudable elegancia. Su cuñado, el señor Hurst, casi no tenía aspecto de caballero; pero fue su amigo el señor Darcy el que pronto centró la atención del salón por su distinguida personalidad, era un hombre alto, de bonitas facciones y de porte aristocrático. Pocos minutos después de su entrada ya circulaba el rumor de que su renta era de diez mil libras al año. Los señores declaraban que era un hombre que tenía mucha clase; las señoras decían que era mucho más guapo que Bingley, siendo admirado durante casi la mitad de la velada, hasta que sus modales causaron tal disgusto que hicieron cambiar el curso de su buena fama; se descubrió que era un hombre orgulloso, que pretendía estar por encima de todos los demás y demostraba su insatisfacción con el ambiente que le rodeaba; ni siquiera sus extensas posesiones en Derbyshire podían salvarle ya de parecer odioso y desagradable y de que se considerase que no valía nada comparado con su amigo.
En la sociedad Austeniana, los bailes eran un asunto de gran alarde, y que Elizabeth se viera privada de dos era escandaloso. Bingley había danzado dos veces continuas con Jane, al parecer, esta continuidad era un serio indicativo de preferencia, por lo tanto, dada la educada conducta de Bingley, era indignante que Darcy apenas hubiera bailado con la hermana soltera de su amigo habiendo tantas jovencitas deseosas de bailar, lo cual significaba una entera pena y considerado un hábito de extremo orgullo. Bingley, entusiasmado por la belleza de Jane Bennet intenta persuadir a Darcy de que baile con la hermana de Jane, Elizabeth… pero acá debo explicar algo, Orgullo y Prejuicio no se suponía que debía llamarse así, el nombre que le había dado Jane a su novela había sido Primeras Impresiones (First Impressions), y si ella había escogido este título para su novela, una parte, pienso, habría sido por la opinión que se formó Elizabeth, quien estaba sentada cerca de los jóvenes cuando intercambiarban su posición respecto al baile y Bingley propuso a Darcy que Jane le presentara a su hermana para que éste bailara con ella:
––¿Qué dices? ––y, volviéndose, miró por un momento a Elizabeth, hasta que sus miradas se cruzaron, él apartó inmediatamente la suya y dijo fríamente––: No está mal, aunque no es lo bastante guapa como para tentarme; y no estoy de humor para hacer caso a las jóvenes que han dado de lado otros. Es mejor que vuelvas con tu pareja y disfrutes de sus sonrisas porque estás malgastando el tiempo conmigo.
Quién que escucha semejante opinión puede formarse una buena de tal carácter; "podría perdonarle fácilmente su orgullo si no hubiese mortificado el mío”.

viernes, 7 de enero de 2011

La Red Social (The Social Network)

Mientras estuve viendo la película The Social Network, en español, La Red Social, me debatí entre cerrar o continuar con mi cuenta Facebook. The Social Network no es el estilo de películas que suelo revisar en mi blog, y argumento que debí hacer un poco de investigación, en Wikipedia, sobre ésta, y sus estrellas de la trama, para lograr la entrada, no obstante el rodaje es tan interesante que necesito comentarla.
La película sobre Facebook, La Red Social, está basada en el libro: Multimillonarios por Accidente, de Ben Mezrich. Si se mantiene fiel al libro o no, no lo sé, no he leído el libro aún, sin embargo, de no apegarse al argumento de éste, por lo menos, los chicos de Wikipedia hicieron un gran trabajo mirando la película y adaptando la información que sobre ésta aparece en la página que le corresponde de esta Web, en la que, como muchos, suelo frecuentar por investigación. En mis búsquedas sobre la película y el libro descubrí, como bonus, que el autor del libro es el creador del argumento en que se basa otra película, que aunque tampoco es de mi género predilecto, es una gran cinta, 21 Black Jack.
The Social Network, la película, inicia con la escena de la ruptura de esta chica, Erica Albright, con un jovencito algo peculiar, que habla mucho y que parece uno de estos pedantes, antipáticos y arrogantes intelectuales. Seguido de esta escena, el chico, recorre unos hermosos y sofisticados escenarios que luego resultan la prestigiosa Universidad de Harvard; el joven, Mark Zuckerberg, un brillante alumno de Harvard describe en su blog una injusta venganza contra la que hasta poco había sido su novia, acto seguido como parte de su necesidad de hacer algo grande y llamar la atención, Zuckerberg burla el sistema informático de la Universidad de Harvard, ayudado por su amigo Eduardo Saverin, creando la página facematch.com. La Universidad pone represalias pero el reconocimiento está dado para Zuckerberg, los hermanos Winklevoss junto con Divya Narendra le proponen unirse a ellos para crear una página Web en la que los alumnos de la universidad pudieran, pues, promocionarse y conocer muchas chicas.
La película se divide en partes, se adelanta y luego retrocede a la historia de cómo sucedieron los hechos. El sentido de la trama, no es conocer al creador de Facebook sino exponer todo lo que sucedió cuando lo creo, por qué lo creo y más importante lo que sucedió después que lo creo.
Nota: como parte de mi investigación para armar mi entrada, aunque no estoy relatando otros segmentos que suceden en la película, y que debí investigar para terminar de entender el por qué de las cosas, no es que sea una película difícil de comprender sino que desconocía algunos de sus personajes claves en la vida real como quién es Sean Parker, o cómo se creo Napster, relacionados con la acción de la historia, de estos no sabía casi nada o mejor dicho no sabía nada, excepto lo poco que me había comentado mi esposo sobre Napster, que según su percepción era un paraíso musical para los aficionados a la música, como él; pues investigué que Mark Zuckerberg tiene 2.479.222 admiradores, hasta el momento de la  documentación, en lo que una vez llamo “The Facebook”. No cerré mi cuenta Facebook porque aparentemente, de acuerdo a la película, todo se resolvió para bien y cada quien pareció satisfecho con la porción que les correspondió en el acuerdo, pero hubo un momento, en la mitad de la trama que pensé, apenas termine esta película, cierro mi cuenta Facebook, y si quiere saber por qué la descabellada idea cruzó mi cabeza, entonces no deje de ver La Red Social, probablemente la mejor película del año 2010.

lunes, 3 de enero de 2011

Charlotte Lucas


A pesar de su casamiento con Mr Collins, ¿fue Charlotte Lucas la chica más lista en Orgullo y Prejuicio?
He estado releyendo Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen, y he encontrado fascinantes algunas de las líneas enmarcadas en la voz de Charlotte Lucas.
Jane Austen determinó en Charlotte Lucas el estereotipo de la mujer de su época, sumisa y dispuesta a hacer un buen matrimonio solo porque era lo debido, al contrario de Elizabeth Bennet quien se negaba a casarse sin amor, no obstante Charlotte suele ser muy perceptiva en el curso de la novela.
“A veces es malo ser tan reservada”, expone ella a Elizabeth, en el capítulo VI, sobre el asunto entre Bingley y Jane, “Si una mujer disimula su afecto, con el mismo cuidado, al objeto del mismo, puede perder la oportunidad de conquistarle”, y es esto lo que precisamente ocurre cuando Bingley deja Netherfield persuadido, por sus hermanas y Mr Darcy, y, aparentemente, convencido de la falta de cariño de Jane hacia él. Algo similar sucede en el baile de Netherfield cuando Elizabeth estaba decidida a conquistar a Wickham y Charlotte le advierte del peligro de rechazar a un buen prospecto como Mr Darcy.
Cuando volvió a empezar la danza y Darcy llegó para llevarse a Elizabeth, Charlotte no pudo por menos, en un cuchicheo, que recomendar a su amiga que no fuese tonta y no dejase que el pensar en Wickham la hiciese parecer desagradable a los ojos de un hombre que valía diez veces más que aquél.
Esta claro que Charlotte fue educada para casarse con aquel que le ofreciera el mejor nivel de vida, y es por esto que entre las alternativas Darcy-Wickham, ella ponía mayor peso sobre la balanza del lado de Darcy, porque para ella los sentimientos no tenían que estar estrictamente ligados con el matrimonio, aún cuando el afecto de su amiga se inclinara más por Wickham.
La ventura del matrimonio no es más que una cuestión de suerte.
Así también, cuando Mr Collins es rechazado por Elizabeth, Charlotte se aventaja la situación en su favor para que éste reconduzca el ofrecimiento de matrimonio hacia ella.
Ahora no me sorprende que se haya escrito un libro sobre la continuación de la vida de Charlotte Lucas después de su matrimonio con el Señor Collins, Charlotte Collins, de Jennifer Becton, que proporcionara a Charlotte la felicidad que una mujer con su instinto, percepción e inteligencia sobre las relaciones que giraban en su entorno merecía. 
Estoy segura de que seguiré encontrando más frases fascinantes en el personaje de Charlotte Lucas, y de toda Jane Austen en general, siempre hay algo nuevo y sorprendente en su trabajo, no importa que se haya leído una y otra vez, es tan refrescante e interesante como la primera vez.
¿Qué significa esto? –preguntó Charlotte en cuanto se fue–. Querida Elizabeth, debe de estar enamorado de ti, pues si no, nunca habría venido a vernos con esta familiaridad.
Orgullo y Prejuicio.

sábado, 1 de enero de 2011

Jane Eyre

Gracias a mi querido blog, y para ir alimentándolo con mis impresiones de buenas obras y clásicos de la literatura, me incliné por leer una novela que ya había leído pero que desde hacía tiempo deseaba releer, Jane Eyre.
Jane Eyre es la novela más conocida de la autora inglesa Charlotte Borntë, y considerada clásico de la literatura, que inicia con la historia de una niña huérfana, Jane, maltratada psicológicamente por su tía y “benefactora”, Mrs Reed, y físicamente por John Reed, su primo. Jane es enviada, con diez años de edad, al internado Lowood, en el que vivía con estrechez pero en el que consiguió convertirse en una de las mejores alumnas y pasar a ser una de las profesoras de las nuevas estudiantes. Jane se destacó en la pintura. y a medida que avanza el libro se observa el cambio en su temperamento y carácter, que llegan a ser muy definidos y determinados y siempre inclinados hacia la razón. Cuando obtiene la mayoría de edad, Jane, culta e inteligente, siente la necesidad de reorientar su vida en otro sentido, para esto se anuncia en el periódico local como institutriz. El anuncio es respondido por Mrs Fairfax, de Thornfield Hall, entonces Jane se presenta allí para instruir a una pequeña de origen francés, Àdele. Jane presume que Mrs Fairfax será su matrona sin embargo la majestuosa casa pertenece a un emblemático caballero, Mr Rochester, y la señora Fairfax no es otra que la ama de llaves de Thornfield. Una tarde de invierno Jane viaja al pueblo de Hay para depositar una carta en el correo, mientras reposaba en el camino, un caballero cae precipitadamente de su caballo y Jane le ofrece su ayuda, el caballero, a regañadientes, la acepta; cuando la joven regresa a la mansión descubre que su empleador, Mr Rochester, quien hasta entonces no conocía ni se había presentado en el lugar desde que ella llegara para educar a Àdele, no era otro que el mismo a quien ella había prestado su auxilio.
Por alguna razón esta novela es de mis predilectas, todavía ocupa la segunda posición en mi lista de novelas favoritas, entre las que he leído, porque me agrada el manto romántico que la envuelve, como los personajes que en ella conviven, Jane es una joven de ideas firmes que no se derrumba ante la adversidad y siempre parece inclinada a hacer lo correcto y Rochester es el emblemático y misterioso caballero que seduce a las lectoras con ese sentido protector y de poder en el que se desenvuelve. 
Aprovecho este artículo para resaltar que una nueva versión cinematográfica de Jane Eyre se estrenará, al menos en Europa o Estados Unidos, en Marzo de este 2011, importantísimo para mí pues, hasta ahora, no he visto ninguna de las adaptaciones de esta obra de la literatura favorita mía, por lo tanto muero por ver representado a ese intenso personaje que es Rochester y su apasionado amor por Jane.
Para más detalles de esta novela, se puede revisar, en este mismo blog, los artículos:
 Capítulos I al X
Capítulos XI al XX 
Capítulos XXI al XXVI 
Capítulos XXVI XXXVIII 

También se puede leer:
Similitudes entre Crepúsculo y Jane Eyre

Jane Eyre (Resumen de Capítulos XXVI al XXXVIII e Impresiones)


La boda ente Jane y Rochester no se realiza, en la iglesia, listos para contraer nupcias aparecen el procurador Briggs con un documento que compromete a Rochester y Mason, aquel forastero que se había presentado aquella noche que Rochester tenía bajo sus dominios, en Thornfield Hall, aquel grupo de invitados, entre los cuales destacaba Blanche Ingram, y que de manera inexplícita se había lastimado el brazo, antes de que se llevara a cabo la ceremonia para evitar el matrimonio; esa figura fantasmagórica, esa aparición, que se había materializado en la habitación de Jane y había hecho trozos su velo de novia tenía nombre, Bertha Mason, una mujer desequilibrada con la que Rochester se había casado hacía quince años antes y que había perdido la razón, justificándolo o no la tenía encarcelada en el ático de Thornfield bajo la custodia de Grace Poole.
Ciertamente, la palabra bigamia suena muy mal. Sin embargo, yo iba a convertirme en bígamo, de no habérmelo impedido el destino o la Providencia. Quizá esta última... Reconozco que he obrado  diabólicamente... Señores: mi plan ha fracasado. Lo que este procurador y su cliente aseguran es verdad. Estoy casado y mi mujer vive aún.
Rochester detalla su situación a Jane y trata de justificar su errado comportamiento de pretender casarse con ella cuando ya estaba casado con Bertha Mason mediante su exposición sobre por qué se casó con Bertha. Su padre sabía de las posesiones de un plantador de Jamaica, Mason, éste tenía dos hijos, uno de ellos la bella Bertha, dotada con treinta mil libras, Rochester fue enviado a Jamaica y deslumbrado se casó con ella a los veintitrés años.
No había visto nunca a la madre de mi novia, y la creía muerta. Cuando transcurrió la luna de miel, comprendí mi error: mi suegra estaba loca, en un manicomio. Mi mujer tenía un hermano menor completamente idiota. El mayor es el que conoces, y a quien no puedo odiar, aunque abomine de toda su casta, porque en su débil cerebro hay algunos elementos afectuosos, que prueba con su cariño a su hermana y con la adhesión,  casi de perro leal, que siente hacia mí. No obstante, probablemente acabará perdiendo la razón por completo. Mi padre y mi hermano Rowland conocían todo esto, pero no pensaron más que en las treinta mil libras y se pusieron de acuerdo para hacerme contraer aquel matrimonio.
Jane escapa de Thornfield sin nada más que su vestido gris Lowoodiano, un flaco paquete y veinte chelines, toma la diligencia y ésta le deja en Whitcross pues era el único sitio que su bolsillo podía costear.
Whitcross no es una ciudad ni una aldea, sino un simple poste indicador colocado en la confluencia de cuatro caminos y enyesado de blanco, supongo que para poderlo reconocer en la oscuridad.
Lo siguiente en la obra son los párrafos y páginas de mayor angustia que he leído en una novela, recuerdo que la primera vez que leí Jane Eyre, la pena, la adversidad, el desasosiego, la intranquilidad, el terror y el horror de saberse sin casa, sin tener nada que comer, sin dinero para pagar un techo y comida y sin una mano amiga a la que acudir en un momento tan difícil se manifestaron en mí tal como lo experimenta el personaje, es indescriptible la sensación de impotencia que se siente en medio de estas páginas, parece que ella no fuera a salir de la oscuridad.
Jane vagabundea varios días, como expliqué, sin alimento ni recibir ayuda de nadie, ni de ningún tipo, entonces, una noche divisa una casa en el campo, se prensenta ante ella pero tampoco recibe ayuda, un hombre joven la encuentra llorando en la puerta de su casa y le da alojamiento.
Para resumir estos capítulos, Jane vive con los Rivers algunos diez meses, John Rivers le ayuda con un empleo como maestra de una pequeña escuela para jovencitas humildes de la aldea, el tío John Eyre, de Madeira, había muerto y dejado a ella, su sobrina, la cantidad de VEINTE mil libras, resumiendo un poco más, la madre de Rivers era hermana de John Eyre como el padre de Jane, por lo tanto Mary, Diana, John y Jane eran primos, entonces, Jane, legalmente, divide la herencia en cuatro partes iguales para ella y sus primos y se vuelve independiente. John le propone matrimonio aunque no está enamorado de ella, según él, la requería como su colaboradora cuando se fuera a la India como misionero, Jane objeta su proposición, ella no puede casarse con alguien a quien no ama. Una tarde, cuando casi acepta la propuesta de Rivers, de casarse con él, escucha en la lejanía su nombre Jane, Jane, Jane, ella responde a la voz y regresa a Thornfield, deseaba saber qué había sido de Rochester.
Lo que queda de Thornfield son solo ruinas, como de su dueño. Jane temió lo peor, que este hubiera fallecido, pero Rochester estaba en Ferndean Manor, vivo solo que ciego y manco.
Particularmente pienso que Charlotte Brontë fue muy injusta con el destino que le dio a Rochester, mutilado, eso fue algo cruel, quizás pensó que para lo tramposo que fue este personaje con Jane, dejarlo tan altivo, como era antes fue lo ideal, pero para una lectora que le gustan los finales rosas, fue muy incorrecto que este terminara de esa forma. Pues bien, Jane y Rochester se juntan otra vez y son felices, etc. etc.