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viernes, 12 de julio de 2019

Arabella



Libros
Cuando una novela inicia con la descripción de una acogedora rectoría en la que sus habitantes deben ajustarse a las condiciones, sé que va a gustarme, pues estas condiciones son descritas con tal singularidad que pasas a ser uno más en esa habitación a pesar de las vicisitudes.
Foto obtenida desde Pinterest

Pero Arabella no es exactamente una novela de vicisitudes, sino de oportunidades, pues nuestra heroína ha tenido la bendición de tener una madrina adinerada que la ha invitado a pasar una deliciosa temporada en Londres, muy indicada para una chica talentosa de su edad. 

Por supuesto, como es normal en una novela inglesa de época, para una familia de pocos recursos como los Tallant, un viaje como éste representa una oportunidad importante de transformar su suerte, especialmente la de su hija mayor, cuya especial belleza podría fascinar a la alta sociedad londinense sin mayor dificultad, así como pescar un buen marido adinerado.


Ay, Bella, si tuvieras la fortuna de contraer un matrimonio conveniente… Si lady Bridlington te presenta en sociedad, estoy segura de que lo conseguirás. Porque ―añadió con nobleza― eres con mucho la joven más hermosa que he visto jamás.

Pero estar en Londres acompañada de una dama de la alta sociedad requiere de un poco de esfuerzo económico, sin embargo, con la ayuda de su madre, que siempre pensó en grande para su hija mayor, Arabella se las ingenia para estar a la altura de su madrina y la city, tanto, que cuando el viejo carruaje de su tío sufre una avería en el camino y tiene que solicitar resguardo en la casa del respetable y adinerado señor Beaumaris, se hace pasar por una rica heredera. 


Ya sé que Arabella es muy buena y obediente, pero todavía es muy joven y a veces he pensado que si careciera de la orientación adecuada su carácter podría traicionarla y hacerla caer en una conducta indecorosa.

Una parte con la que me identifiqué durante la lectura fueron esos momentos austenescos que no podían faltar en una novela de Georgette Heyer, cuyo hilo me pareció un pequeño tributo a la novela Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen, básicamente determinado por ese primer encuentro entre Arabella y el señor Beaumaris, algo parecido, aunque en circunstancias diferentes, al de Elizabeth y Darcy, en la que cada uno se forma una opinión, tal vez equivocada, del otro. 

Sin embargo, a pesar de que la novela me gustó mucho, tiene un estilo fresquísimo que invita a continuar leyendo y leyendo hasta terminarla, no conseguí identificarme con su protagonista, Arabella es una chica que aunque ocurrente con eso de hacerse pasar por una rica heredera "del norte" cuando se ve cuestionada por el dueño de la casa, no es constante en su manera de ser, me ha parecido que por momentos es frívola y solo le importan los guantes, los sombreros y las muselinas, y por otros rescata perros callejeros y niños deshollinadores. No obstante, tengo que resaltar que me ha gustado ese toque de rebeldía de su parte cuando le propone a Beaumaris hacer una fuga, al menos es la primera novela de época en la que leo a la protagonista hacer una propuesta tan arriesgada moralmente de acuerdo a lo establecido en los códigos dictados por la sociedad.

Un momento de lector que quiero compartir es que la entrada de la novela, no sé explicar bien el porqué, me ha trasladado al inicio de Jane Eyre,  a esa primera línea de la novela de Charlote Brontë: Aquel día no hubo manera de dar un paseo, es como si el frío que estaban sintiendo los Tallant fuera comparable con ese día lluvioso de la infancia de Jane. El inicio de Arabella es el siguiente:

El aula de la rectoría de Heytram no era una estancia muy amplia, pero tratándose del frío día de enero, en una casa donde se tenía muy en cuenta el consumo de carbón, sus ocupantes no lo consideraban una desventaja.

Sin más que decir, excepto que sin duda Arabella es una de mis lecturas del año, les dejo las citas más destacadas de la novela:
*Como la mayoría de los indiscretos, se consideraba un modelo de discreción.
*Nada hay más desagradable que encontrarse en una reunión donde una no reconoce ni una sola cara.
*Te prometo que ignoro por qué, pero créeme, las muchachas inocentes del campo no son del agrado de los caballeros.
*Debes recordar que resulta insoportable verse obligado a escuchar historias sobre personas a quienes uno no conoce.
*No puede negarse que los buenos partidos no crecen en todos los campos.
*La fortuna no hace al hombre.
*Ni siquiera estoy seguro de resultarle atractivo a la señorita Tallant.
*Si sus sentimientos experimentan algún cambio, una palabra, una mirada sería suficiente para comunicármelo.

Hay más de Arabella en Ficción Femenina.

lunes, 29 de mayo de 2017

Lectura de Mayo 2017: El Profesor

No cabe duda de que Charlotte Brontë es una de mis autoras favoritas; su narrativa es tan apasionada, con momentos tan bien desarrollados, que me apasiona a mí también (aunque sea ligeramente exagerada en descripciones).
 
El año pasado me propuse tomarme un tiempo (cada año) para leer al menos  una de sus novelas, pues Jane Eyre era la única que había leído hasta que me encontré con Villette, una romántica historia acerca de una chica solitaria (como tal vez sean todas las heroínas de Charlotte) que se traza un porvenir en un nuevo país; una novela de superación femenina en tiempos en los que la libertad de mente en nosotras era censurada. 
Este año opté por El Profesor, una novela desarrollada en un ambiente de escuela, bastante parecido al de Villette, pero con narradores o puntos de vista distintos. Villette es contada desde el punto de vista femenino y El Profesor desde el punto masculino, que, de por sí, ya tiene su mérito, meterse en el cerebro de un hombre no lo creo sencillo; ya es bastante complicado interpretarnos a nosotras mismas. 
En El Profesor, un joven, William Crimsworth, huérfano y con un hermano despótico, deja su natal Inglaterra para trasladarse a Bruselas, bajo la sugerencia de su recién conocido, y tal vez protector, Mr Hunsden. Allí, trabaja como profesor en una escuela para muchachas, donde conoce a dos mujeres, Zoraide Reuter, la directora, y Frances Henri, una joven de diecinueve años que aunque enseña en el colegio, también es su alumna de inglés.
Lo que me gustó de esta novela es el personaje femenino, por supuesto, que en principio es pasivo, apenas se le observa, pero que luego resalta a los ojos del profesor y del lector por su inteligencia y dulzura. El punto clave para mí es cuando lucha por su independencia financiera e ideológica, que el matrimonio no sea el fin de su carrera.
Aunque, como dije antes, demasiado detallista para mi gusto, Charlotte Brontë es una profesora en el desarrollo de personajes excepcionales, y El Profesor es claro ejemplo de su técnica.

Lee las revisiones de Villette y Jane Eyre.  
 

sábado, 25 de junio de 2016

Villette

Después de leer Jane Eyre, siempre había tenido la curiosidad de leer otros trabajos de Charlotte Brontë, y hasta el año pasado logré hacerme de una recopilación de todas las obras de ella y sus hermanas, pero no fue hasta éste que definí empezar a cumplir mi meta y emprender este paseo, pero no sabía por cuál de sus obras comenzar; entonces me fui a quien sabe de libros más que nadie, Goodreads, donde encontré mi respuesta: uno de los trabajos más aclamados de Charlotte, después de Jane Eyre, es Villette, y Villette empecé a leer.



 No sabemos exactamete que es lo que sucede con la vida privada de Lucy Snowe, nuestra heroína, excepto porque es la invitada de su madrina en Bretton. Lucy es una observadora, apenas la vemos interactuar con otros personajes, excepto cuando le toca compartir recámara con una excéntrica niña, que su madrina adopta momentáneamente mientras el padre de la criatura pone en regla asuntos personales. En esta fase podemos ver, a través de Lucy, cómo surge una tierna amistad entre Paulina, "Polly", Home y el joven Graham Bretton, el hijo adolescente de Mrs Bretton, una parte que me gustó mucho de esta novela y que supuse, desde el inicio, que tendría un desarrollo feliz en algún punto de la obra. Transcurren, luego, alrededor de ocho años, Lucy no vuelve a ver a su madrina, y, en paralelo, define buscar su indepencia:  primero trabaja con Mrs Marchmont, una mujer lisiada para quien ella, con toda su soledad, resulta muy conveniente; a su deceso, viaja a Londres y finalmente a Francia, específicamente en Villette, donde será la instructora de Inglés de una academia dirigida por una particular mujer, y donde se reencontrará con viejos conocidos y aprenderá a ser feliz.

Me encantan las heroínas de Charlotte Brontë, sé que conozco muy pocas, pero sentí que había algo de Jane Eyre en Lucy: esa necesidad de revelarse contra el mundo y resolverse la vida por sí misma, esto me gustó; Lucy Snowe, sin embargo es, en mi opinión, una mera observadora, ella nos va narrando tantos personajes y escenarios como va viendo y encontrando, y muy poco sabemos de sus sentimientos; lo que apenas podemos detectar, nosotros, es que es una chica tan tímida, con tan poco conocimiento de su valía, que en la mitad de la novela es cuando sabemos que el popular "Dr John" es el mismísimo Graham Bretton, hijo de su madrina, algo que ella conoce desde que se reencuentra con él la primera vez, en una calle de Villette, por citar un ejemplo. Lucy es una chica muy sencilla, de una personalidad tan introvertida, que no se piensa relevante para los demás, lo cual siempre he admirado en el estilo de Charlotte.


Villette es una novela de Charlotte Brontë, acerca de la superación de obstáculos y la persecución de la felicidad.


sábado, 13 de agosto de 2011

Jane Eyre (2.011)


Casi pensé que no llegaría a ver Jane Eyre, la adaptación de la novela de Charlotte Brontë que brillantemente dirigió Cary Joji Fukunaga, que se exhibió en los cines este año, aunque muy limitadamente. Ahora Jane Eyre es, además de uno de mis libros predilectos, seguramente la película número uno del 2.011 para mí.
 

 Sentía muchísima curiosidad por ver aunque fuera una de las adaptaciones de Jane Eyre debido a que es uno de mis libros favoritos y que es una de las novelas más románticas de la literatura, y para mi suerte, para tratarse de una película de dos horas, esta versión para el cine resumió minuciosa y particularmente los muchísimos detalles de esta obra.
Jane Eyre (2.011) inicia en la mitad del libro, cuando Jane huye de Thornfield Hall y es rescatada por los hermanos Rivers en su morada, entonces, en la medida en que estos empiezan a interrogarla la película te traslada a través de los recuerdos de Jane cada uno de los momentos importantes de su vida, retrocede a su niñez, en Gateshead Hall, a los instantes más oscuros y aterradores de su infancia, John Reed golpeándola y Mrs Reed enviándola al cuarto rojo, así, gradualmente, continúan sus recuerdos, a medida que va integrándose con los Rivers, se pasea por Lowood, dónde conoce a Helen Burns, y se recrea el vergonzoso castigo implementado a Jane por Mr Brocklehurst cuando la llama "Mentirosa" frente a sus compañeras. Afortunadamente las escenas de la infancia de Jane suceden muy resumidamente, recuerdo que es una parte de la novela que no me gusta en absoluto, hay mucho dolor y pena en ella, también se resume considerablemente la desolación de Jane al abandonar a Rochester, y su contacto con los Rivers se reduce a simples conocidos cuando en el libro son parientes; lo más emocionante de la pelìcula, para mí, es cuando se detiene en las románticas y apasionadas escenas entre Rochester y Jane; la única parte del libro que quizás pudo faltar en la pelìcula, sólo porque me gusta mucho, es la escena de la gitana.
Qué película tan perfecta y romántica es Jane Eyre, no solo es impecable y preciosa por la calidad de su contenido y fotografía sino por las actuaciones de Mia Wasikowska, como Jane, y Michael Fassbender, como Edward Rochester, que logran captar los sentimientos de ambos personajes y desarrollar la química necesaria para hacernos creer que están enamorados en realidad, los paisajes son encantadores y el vestuario de Mia Wasikowska es elegantìsimo y hermoso. Espero que esta entrada sea una invitación para todos aquellos que, como yo, no habían visto ninguna de las adaptaciones de Jane Eyre o que simplemente necesitan recrear nuevamente este dramático y tierno amor, o para aquellos que, igual a mí, disfrutan tantísimo este libro.

sábado, 1 de enero de 2011

Jane Eyre

Gracias a mi querido blog, y para ir alimentándolo con mis impresiones de buenas obras y clásicos de la literatura, me incliné por leer una novela que ya había leído pero que desde hacía tiempo deseaba releer, Jane Eyre.
Jane Eyre es la novela más conocida de la autora inglesa Charlotte Borntë, y considerada clásico de la literatura, que inicia con la historia de una niña huérfana, Jane, maltratada psicológicamente por su tía y “benefactora”, Mrs Reed, y físicamente por John Reed, su primo. Jane es enviada, con diez años de edad, al internado Lowood, en el que vivía con estrechez pero en el que consiguió convertirse en una de las mejores alumnas y pasar a ser una de las profesoras de las nuevas estudiantes. Jane se destacó en la pintura. y a medida que avanza el libro se observa el cambio en su temperamento y carácter, que llegan a ser muy definidos y determinados y siempre inclinados hacia la razón. Cuando obtiene la mayoría de edad, Jane, culta e inteligente, siente la necesidad de reorientar su vida en otro sentido, para esto se anuncia en el periódico local como institutriz. El anuncio es respondido por Mrs Fairfax, de Thornfield Hall, entonces Jane se presenta allí para instruir a una pequeña de origen francés, Àdele. Jane presume que Mrs Fairfax será su matrona sin embargo la majestuosa casa pertenece a un emblemático caballero, Mr Rochester, y la señora Fairfax no es otra que la ama de llaves de Thornfield. Una tarde de invierno Jane viaja al pueblo de Hay para depositar una carta en el correo, mientras reposaba en el camino, un caballero cae precipitadamente de su caballo y Jane le ofrece su ayuda, el caballero, a regañadientes, la acepta; cuando la joven regresa a la mansión descubre que su empleador, Mr Rochester, quien hasta entonces no conocía ni se había presentado en el lugar desde que ella llegara para educar a Àdele, no era otro que el mismo a quien ella había prestado su auxilio.
Por alguna razón esta novela es de mis predilectas, todavía ocupa la segunda posición en mi lista de novelas favoritas, entre las que he leído, porque me agrada el manto romántico que la envuelve, como los personajes que en ella conviven, Jane es una joven de ideas firmes que no se derrumba ante la adversidad y siempre parece inclinada a hacer lo correcto y Rochester es el emblemático y misterioso caballero que seduce a las lectoras con ese sentido protector y de poder en el que se desenvuelve. 
Aprovecho este artículo para resaltar que una nueva versión cinematográfica de Jane Eyre se estrenará, al menos en Europa o Estados Unidos, en Marzo de este 2011, importantísimo para mí pues, hasta ahora, no he visto ninguna de las adaptaciones de esta obra de la literatura favorita mía, por lo tanto muero por ver representado a ese intenso personaje que es Rochester y su apasionado amor por Jane.
Para más detalles de esta novela, se puede revisar, en este mismo blog, los artículos:
 Capítulos I al X
Capítulos XI al XX 
Capítulos XXI al XXVI 
Capítulos XXVI XXXVIII 

También se puede leer:
Similitudes entre Crepúsculo y Jane Eyre

Jane Eyre (Resumen de Capítulos XXVI al XXXVIII e Impresiones)


La boda ente Jane y Rochester no se realiza, en la iglesia, listos para contraer nupcias aparecen el procurador Briggs con un documento que compromete a Rochester y Mason, aquel forastero que se había presentado aquella noche que Rochester tenía bajo sus dominios, en Thornfield Hall, aquel grupo de invitados, entre los cuales destacaba Blanche Ingram, y que de manera inexplícita se había lastimado el brazo, antes de que se llevara a cabo la ceremonia para evitar el matrimonio; esa figura fantasmagórica, esa aparición, que se había materializado en la habitación de Jane y había hecho trozos su velo de novia tenía nombre, Bertha Mason, una mujer desequilibrada con la que Rochester se había casado hacía quince años antes y que había perdido la razón, justificándolo o no la tenía encarcelada en el ático de Thornfield bajo la custodia de Grace Poole.
Ciertamente, la palabra bigamia suena muy mal. Sin embargo, yo iba a convertirme en bígamo, de no habérmelo impedido el destino o la Providencia. Quizá esta última... Reconozco que he obrado  diabólicamente... Señores: mi plan ha fracasado. Lo que este procurador y su cliente aseguran es verdad. Estoy casado y mi mujer vive aún.
Rochester detalla su situación a Jane y trata de justificar su errado comportamiento de pretender casarse con ella cuando ya estaba casado con Bertha Mason mediante su exposición sobre por qué se casó con Bertha. Su padre sabía de las posesiones de un plantador de Jamaica, Mason, éste tenía dos hijos, uno de ellos la bella Bertha, dotada con treinta mil libras, Rochester fue enviado a Jamaica y deslumbrado se casó con ella a los veintitrés años.
No había visto nunca a la madre de mi novia, y la creía muerta. Cuando transcurrió la luna de miel, comprendí mi error: mi suegra estaba loca, en un manicomio. Mi mujer tenía un hermano menor completamente idiota. El mayor es el que conoces, y a quien no puedo odiar, aunque abomine de toda su casta, porque en su débil cerebro hay algunos elementos afectuosos, que prueba con su cariño a su hermana y con la adhesión,  casi de perro leal, que siente hacia mí. No obstante, probablemente acabará perdiendo la razón por completo. Mi padre y mi hermano Rowland conocían todo esto, pero no pensaron más que en las treinta mil libras y se pusieron de acuerdo para hacerme contraer aquel matrimonio.
Jane escapa de Thornfield sin nada más que su vestido gris Lowoodiano, un flaco paquete y veinte chelines, toma la diligencia y ésta le deja en Whitcross pues era el único sitio que su bolsillo podía costear.
Whitcross no es una ciudad ni una aldea, sino un simple poste indicador colocado en la confluencia de cuatro caminos y enyesado de blanco, supongo que para poderlo reconocer en la oscuridad.
Lo siguiente en la obra son los párrafos y páginas de mayor angustia que he leído en una novela, recuerdo que la primera vez que leí Jane Eyre, la pena, la adversidad, el desasosiego, la intranquilidad, el terror y el horror de saberse sin casa, sin tener nada que comer, sin dinero para pagar un techo y comida y sin una mano amiga a la que acudir en un momento tan difícil se manifestaron en mí tal como lo experimenta el personaje, es indescriptible la sensación de impotencia que se siente en medio de estas páginas, parece que ella no fuera a salir de la oscuridad.
Jane vagabundea varios días, como expliqué, sin alimento ni recibir ayuda de nadie, ni de ningún tipo, entonces, una noche divisa una casa en el campo, se prensenta ante ella pero tampoco recibe ayuda, un hombre joven la encuentra llorando en la puerta de su casa y le da alojamiento.
Para resumir estos capítulos, Jane vive con los Rivers algunos diez meses, John Rivers le ayuda con un empleo como maestra de una pequeña escuela para jovencitas humildes de la aldea, el tío John Eyre, de Madeira, había muerto y dejado a ella, su sobrina, la cantidad de VEINTE mil libras, resumiendo un poco más, la madre de Rivers era hermana de John Eyre como el padre de Jane, por lo tanto Mary, Diana, John y Jane eran primos, entonces, Jane, legalmente, divide la herencia en cuatro partes iguales para ella y sus primos y se vuelve independiente. John le propone matrimonio aunque no está enamorado de ella, según él, la requería como su colaboradora cuando se fuera a la India como misionero, Jane objeta su proposición, ella no puede casarse con alguien a quien no ama. Una tarde, cuando casi acepta la propuesta de Rivers, de casarse con él, escucha en la lejanía su nombre Jane, Jane, Jane, ella responde a la voz y regresa a Thornfield, deseaba saber qué había sido de Rochester.
Lo que queda de Thornfield son solo ruinas, como de su dueño. Jane temió lo peor, que este hubiera fallecido, pero Rochester estaba en Ferndean Manor, vivo solo que ciego y manco.
Particularmente pienso que Charlotte Brontë fue muy injusta con el destino que le dio a Rochester, mutilado, eso fue algo cruel, quizás pensó que para lo tramposo que fue este personaje con Jane, dejarlo tan altivo, como era antes fue lo ideal, pero para una lectora que le gustan los finales rosas, fue muy incorrecto que este terminara de esa forma. Pues bien, Jane y Rochester se juntan otra vez y son felices, etc. etc.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Las novelas que leí en 2010

Un recorrido por las, tristemente, pocas novelas que leí este año.
Zapatos de Caramelo (Lollipop Shoes)
Este año lo inicié leyendo la segunda parte de un libro que no había leído, Chocoloat, y pensé que sería sencillo ponerme al corriente con su secuela debido a que había visto la adaptación al cine de éste, protagonizada por Johnny Deep y Juliette Binoche, pero me equivoqué.
Zapatos de Caramelo, en inglés, Lollipop Shoes, es la secuela de la novela, de Joanne Harris, Chocolat. Al iniciarla, como manifesté, pensé que sería sencillo comprender su historia y sus personajes, porque había visto la adaptación cinematográfica de Chocolat, que me había gustado mucho, sin embargo, fue todo muy engorroso. La novela inicia en fecha Miércoles, 31 de octubre, o lo que en Estados Unidos, por lo menos, se conoce como Halloween, pero éste no es un cuento estadounidense, se centra en una de las zonas populares de París, Montmartre, y una de sus narradoras, quizás la voz principal de la novela, Zozie de l´Alba, quien es de origen inglés.
Es un hecho relativamente poco conocido que, en el transcurso de un año, se envían cerca de veinte millones de cartas a los muertos.
Es la primera oración de la novela y que más o menos guía la historia, pero Zozie de l´Alba no es la mujer que cocina las deliciosas exquisiteces achocolatadas de Chocolat, no, ésa es Vianne Rocher, quien se presenta en el segundo capítulo con otro nombre, Yanne Charboneau; bien, Yanne o Vianne pone al corriente al lector con lo que fue su historia desde Chocolat, en Lansquenet-sous-Tannes, Vianne erró de pueblo en pueblo ya no con una sola hija, sino con dos, Anouk y Rosette, y es entonces la prometida de Thierry le Tresset, “un divorciado de cincuenta y un años, tiene un hijo, va a misa y es sólido como una piedra”.
Si me pregunta el lector, los capítulos que más me entretenían de la novela eran los relativos a Anouk, o Annie, la tercera narradora, e hija de Vianne, una niña encantadora, ahora de once o doce años, muy perceptiva, juiciosa y prejuiciosa, con ciertos líos internos respecto a su madre y al matrimonio que ésta pretende llevar a cabo con Thierry le Tresset porque desde Chocolat su consentido es Roux, ese gitano interpretado por Johnny Deep en la película Chocolat. “Roux, el de la melena pelirroja y desafiante, la sonrisa reticente y la adorada barca a la deriva bajo las estrellas”.
La novela está dividida en ocho partes y se desarrolla entre el 31 de octubre y el 24 de diciembre, de haber sabido esto antes no habría escogido Lollipop Shoes como la primera obra que leer en el año pues habría estado muy acorde para las fiestas de diciembre, es entretenida, aunque muy larga, innecesariamente, para mi gusto, inteligente e interesante el hecho de las tres narradoras, donde la magia, la intriga, la familia y el amor están presentes durante su historia; mucho más interesante será que ocurra en el cine la adaptación de esta segunda parte de Chocolat.

Ifigenia
Seguido leí la novela que fue para mí el descubrimiento literario del año, Ifigenia, de la autora venezolana Teresa de la Parra, penoso, porque siendo su paisana debí leer esta obra, por lo menos, cuando tenía quince años.
Ifigenia es la historia, narrada en primera persona, de María Eugenia, una joven huérfana que regresa a Venezuela, desde París, para vivir bajo la tutela de su Abuelita y su tía Clara en la Caracas de comienzos del siglo XX y que se dispone a escribir un diario porque se sentía fastidiada.
Fue curioso haber leído Ifigenia después de la obra de Austen o las hermanas Brontë; Teresa de la Parra tiene su propio estilo literario y no puede emplear, por las latitudes en que es desarrollada su novela, Caracas, alguno elementos frecuentes en los trabajos de ambas autoras citadas, como el campo en el que a Austen agradaba presentar a sus personajes, o Charlotte, cuya Jane Eyre habita dentro del glamour de una vieja y lujosa casa como Thornfield Hall, además del otoño, el invierno, la primavera y el verano que se observa a lo largo de las obras, sin embargo, podría decirse que Caracas no era la ciudad que hoy es y la Abuelita y la tía Clara de María Eugenia trataban de pasar por una familia de élite, siquiera en apariencias. María Eugenia es, en adición, una joven de espíritu e ideas independientes, como Elizabeth Bennet o Jane Eyre, vetadas y censuradas en la Caracas de la época, una jovencita como ella, sin dinero ni familia, solo podía aspirar a hacer un buen matrimonio sin que importaran las órdenes del corazón. Por lo tanto me gusta pensar en Teresa de la Parra no como discípula de Jane Austen o Emily Brontë pero sí como alumna del romanticismo europeo.

Lady Susan
Jane Austen es mi autora literaria predilecta y Lady Susan es una de sus obras que no había leído todavía y no puedo explicar por cuál razón.
Lady Susan es la historia, narrada de manera epistolar, de Susan Vernon, una sofisticada viuda de la sociedad de Inglaterra del siglo XIX quien busca desesperadamente casar a su única hija con un soltero adinerado, Sir James Martin, y casarse ella misma con un hombre mucho menor que ella Reignald De Courcy, a partir de estos puntos, y luego del conflicto que se iniciara en la residencia Manwaring cuando fuera objeto de las galanterías estimuladas de este hombre casado, se teje toda la entretenida historia de Lady Susan en la que el cotilleo y presunciones normales en las novelas de Austen se mantienen presentes.
Lady Susan no es la novela habitual a las que nos tiene acostumbrados Jane Austen, y Susan Vernon, ciertamente, no es la heroína que deseamos leer en una novela romántica, aunque, quizás, Lady Susan, tampoco sea una novela precisamente romántica sino más bien una historia para llamar la atención sobre un punto específico, en una época en la que el mínimo desliz escandalizaba, el adulterio.

Jane Eyre
No es la primera vez que leo Jane Eyre, de Charlotte Brontë.
Jane Eyre es la historia de una niña huérfana que es enviada, por su bienhechora, pero despiadada, tía, Mrs Reed, al internado Lowood y que al cumplir dieciocho años se anuncia en el periódico como aspirante para ser institutriz. Este anuncio es respondido por Mrs Fairfax, de Thornfield Hall, y así, Jane pasa a ser la instructora de Adèle, una niña protegida por Mr Rochester, amo de Thornfield Hall, con quien Jane establece una íntima amistad que se transforma en amor, un apasionado amor.
Jane Eyre es considerada un clásico de la literatura inglesa y de la literatura universal, particularmente admiro a ésta determinada heroína por su valor y tenacidad para enfrentar las arbitrariedades que se le presentan durante la primera parte de su vida, incluso desde que era una niña, una heroína de la que todavía aprendo, una joven que a pesar de su poca fortuna nunca titubeó sobre hacer lo correcto.

Una Navidad Diferente
(Aún leyendo)
El día de Acción de Gracias, Luther y Nora Krank deben acompañar al atestado aeropuerto a Blair, su hija, quien después de culminar sus estudios universitarios se planteó la realizable idea de postularse como voluntaria del Cuerpo de Paz, y para esto debe viajar a una recóndita comunidad de Perú. Luther, un obstinado asesor fiscal, luego de efectuar ciertos cálculos sobre los exorbitantes gastos familiares incurridos la navidad pasada decide y propone a Nora saltarse la navidad.
Conocía Una Navidad Diferente, o Skipping Christmas, gracias a que me gustan las películas de Tim Allen, de hecho, Christmas with the Kranks suele ser una de mis películas predilectas por todo el contenido navideño que la rodea, sin embargo no tenía idea de que estaba basada en el libro del autor John Grisham, entretenido y muy divertido de leer en esta época de gastos y gastos, en la que se pone muy en práctica eso de dar y recibir, pero de manera escandalosa, y muy apropiado para todos aquellos Scrooge que están contra las compras compulsivas de la Navidad.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Jane Eyre (Resumen de Capítulos XXI al XVI e Impresiones)

Luego de mucha dilación, acá el resumen, y mis impresiones, sobre los siguientes capítulos de la novela de Charlotte Brontë, Jane Eyre.
Tal vez algunos lectores no estén de acuerdo, y perciban la novela Jane Eyre como una obra únicamente romántica, pero mi opinión es que, además del romanticismo que la rodea, parece siempre envuelta en un halo misterioso, en la que los presentimientos y la intuición forman parte del desarrollo normal de la historia.
Al inicio del Capítulo XXI Jane explica sus constantes sueños con un niño pequeño, y argumenta en el relato que “soñar con niños es signo seguro de  desgracia, o para uno mismo o para otros”; el significado de los constantes sueños se confirman cuando Robert Leaven, chofer de los Reed y esposo de Bessie, se presenta en Thornfield Hall para participarle a Jane la desafortunada noticia de que la tía Reed estaba al borde de la muerte, enferma de gravedad, y que John Reed había fallecido hacía una semana.
Antes de partir a Gateshead Hall, Jane conversa sus propósitos y planes para su futuro con Mr Rochester, ella, observadora de toda la distinción que se tenía a Blanche Ingram en Thornfield Hall y, por supuesto, negada a formar parte de la familia cuando ésta se convirtiera en la Sra. Rochester, propone a su amo que, para cuando la unión suceda, él encuentre un colegio para Adèle pues ella se marchará de su lado a partir de entonces.
-Prométame una cosa. Que cuando necesite esa nueva colocación me la pida. Yo se la encontraré.
-Lo haré con gusto, si a su vez me promete que Adèle y yo saldremos de esta casa antes de que entre en ella su esposa.
Jane viaja a Gateshead Hall, después de los acuerdos con Rochester, y allí consigue que su tía Reed, en su último respiro, todavía la reprocha y siente la misma aversión que sintiera por ella cuando era niña. Quizás con estas palabras de Mrs Reed, cuando Jane se acerca a su lecho, pueda explicarse el odio que sentía hacia ella, si es que ese sentimiento pudiera justificarse de alguna manera:
Su madre me era muy antipática. Era la única hermana de mi marido y él la quería mucho. Cuando se casó y murió al poco tiempo, mi esposo lloró como un tonto. Se empeñó en recoger a su hija, aunque yo le aconsejaba enviarla con una nodriza y pagar los gastos. Odié a aquella pequeña desde que la vi, tan enfermiza, tan llorona... No se durmió en su cuna como los demás niños, sino que pasó la noche lloriqueando. Reed se compadecía de ella y no hacía más que informarse de su salud, como si fuera hija suya, o más aún, porque de sus hijos, a esa edad, casi no se preocupaba. Se empeñaba en que mis niños tratasen bien a aquella mendiga y les reprendía si se negaban. Cuando enfermó mortalmente, no hacía más que llamar a la pequeña a su lado y me encargó antes de morir que la conservase bajo mi custodia. ¡Encargarme de una hospiciana! Reed era débil, muy débil. John no se parece a su padre, gracias a Dios: es como mis hermanas y como yo.
Más adelante Mrs Reed muestra un ligero arrepentimiento por su conducta hacia Jane, le pide perdón y le presenta una carta que había llegado para ella de su tío John Eyre, hacía tres años, y que le había ocultado, en la que éste manifestaba su intención de adoptar a su sobrina, sin embargo Mrs Reed miente en su contestación y expone que la pequeña falleció de tifus en el colegio Lowood.
Con el fallecimiento de la tía Reed, un mes después, Jane regresa a Thornfield.
Sentía verdadero placer en reunirme con Mr Rochester, aunque acibarado por el pensamiento de que en breve dejaría de verle y de que, además, nada había de común entre él y yo.
El sentimiento de duda respecto al matrimonio de Rochester con Blanche Ingram continuaba atormentándola, nada se sabía respecto a la celebración de la boda y llamaba su atención que éste nunca visitaba Ingram Park.
La manera en que Rochester proclama su amor a Jane en el capítulo veintitrés, más hermoso de toda la novela, es sencillamente apasionada, encantadora, astuta, inteligente y, quiero agregar, muy al estilo de los caballeros de hoy en día. Y definitivamente difícil de resumir en un artículo de estos, como muestra, aún así, un fragmento de las palabras de Rochester en su declaración de amor.
Es como si en el lado izquierdo de mi pecho tuviese una cuerda que vibrara al mismo ritmo que otra que usted tuviese en análogo lugar y se uniera de un modo invisible a la mía.
Bien, Rochester y Jane Eyre se comprometen; Mrs Fairfax desaprueba la relación pues, con razón, presume que su amo se burlará de la muchacha, claro, nunca había visto anunciarse un matrimonio tan desigual, un soltero adinerado, de cierta edad, y una joven, sin riquezas, institutriz; por esto le aconseja discreción y evitar contacto, cualquier manifestación de afecto, con su novio hasta el matrimonio.
En presencia de extraños yo me manifestaba, como antes, deferente e impasible, y sólo en nuestras veladas a solas me permitía contrariarle y zaherirle. Cada tarde, a las siete en punto, enviaba a por mí y, cuando yo me presentaba, las dulces frases de «amor mío», «querida» y otras análogas estaban ausentes de sus labios. Las mejores que me dedicaba eran «muñeca deslenguada», «espíritu maligno», «bruja», «veleta», etc. En vez de caricias, me hacía muecas; en vez de apretarme la mano, me daba pellizcos; en vez de besarme, me aplicaba severos tirones de orejas. Pero yo prefería estas muestras de afecto a otras más íntimas. Noté que Mrs. Fairfax aprobaba mi actitud y que sus temores se desvanecían. Rochester afirmaba que yo le estaba quemando la sangre y me amenazaba con fieras venganzas en lo futuro. Pero me reía de sus amenazas, creía obrar con acierto y pensaba que después sabría  obrar lo mismo, ya que si el procedimiento de ahora no resultaba adecuado después, otro se encontraría.
Dos noches antes de la boda de Jane y Rochester, una extraña mujer, una figura fantasmagórica, como una aparición, se presenta ante Jane y destruye el velo de su vestido de novia, Rochester le explica que con seguridad se trataba de Grace Poole, pero Jane asegura haberla visto bien y dificulta que pudiera tratarse de Grace, aún así acepta su explicación.
Te lo explicaré todo, Jane. Ha sido medio sueño y medio realidad. Sin duda una mujer entró en tu cuarto. Y no fue -no pudo ser- otra que Grace Poole. Te parece un ser extraño, y no te falta razón, si consideramos lo que nos hizo a Mason y a mí. Sin duda encontrándote medio dormida y algo febril, la viste entrar y le atribuiste una forma fantástica distinta a la que tiene en realidad: el largo cabello desmelenado, la faz oscura e hinchada, la exagerada estatura.  Todo ello son ficciones de pesadilla. El episodio del velo es real, y muy apropiado al modo de ser de esa mujer. Ya veo que deseas  reguntarme por qué conservo en mi casa a una persona así... Pues bien, te lo diré cuando llevemos casados un año y un día, pero no ahora ¿Estas  satisfecha, Jane? ¿Aceptas esta solución del misterio?