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sábado, 13 de agosto de 2011

Jane Eyre (2.011)


Casi pensé que no llegaría a ver Jane Eyre, la adaptación de la novela de Charlotte Brontë que brillantemente dirigió Cary Joji Fukunaga, que se exhibió en los cines este año, aunque muy limitadamente. Ahora Jane Eyre es, además de uno de mis libros predilectos, seguramente la película número uno del 2.011 para mí.
 

 Sentía muchísima curiosidad por ver aunque fuera una de las adaptaciones de Jane Eyre debido a que es uno de mis libros favoritos y que es una de las novelas más románticas de la literatura, y para mi suerte, para tratarse de una película de dos horas, esta versión para el cine resumió minuciosa y particularmente los muchísimos detalles de esta obra.
Jane Eyre (2.011) inicia en la mitad del libro, cuando Jane huye de Thornfield Hall y es rescatada por los hermanos Rivers en su morada, entonces, en la medida en que estos empiezan a interrogarla la película te traslada a través de los recuerdos de Jane cada uno de los momentos importantes de su vida, retrocede a su niñez, en Gateshead Hall, a los instantes más oscuros y aterradores de su infancia, John Reed golpeándola y Mrs Reed enviándola al cuarto rojo, así, gradualmente, continúan sus recuerdos, a medida que va integrándose con los Rivers, se pasea por Lowood, dónde conoce a Helen Burns, y se recrea el vergonzoso castigo implementado a Jane por Mr Brocklehurst cuando la llama "Mentirosa" frente a sus compañeras. Afortunadamente las escenas de la infancia de Jane suceden muy resumidamente, recuerdo que es una parte de la novela que no me gusta en absoluto, hay mucho dolor y pena en ella, también se resume considerablemente la desolación de Jane al abandonar a Rochester, y su contacto con los Rivers se reduce a simples conocidos cuando en el libro son parientes; lo más emocionante de la pelìcula, para mí, es cuando se detiene en las románticas y apasionadas escenas entre Rochester y Jane; la única parte del libro que quizás pudo faltar en la pelìcula, sólo porque me gusta mucho, es la escena de la gitana.
Qué película tan perfecta y romántica es Jane Eyre, no solo es impecable y preciosa por la calidad de su contenido y fotografía sino por las actuaciones de Mia Wasikowska, como Jane, y Michael Fassbender, como Edward Rochester, que logran captar los sentimientos de ambos personajes y desarrollar la química necesaria para hacernos creer que están enamorados en realidad, los paisajes son encantadores y el vestuario de Mia Wasikowska es elegantìsimo y hermoso. Espero que esta entrada sea una invitación para todos aquellos que, como yo, no habían visto ninguna de las adaptaciones de Jane Eyre o que simplemente necesitan recrear nuevamente este dramático y tierno amor, o para aquellos que, igual a mí, disfrutan tantísimo este libro.

domingo, 10 de abril de 2011

Norte y Sur


La literatura inglesa es sencillamente fascinante y descubrir novelas que te reencuentren con ella y como añadidura con una época más simple es encantador. Gracias a Twitter y a todas mis amigas admiradoras de la obra de Jane Austen supe que hay una autora admirada por éstas, Elizabeth Gaskell, cuya obra, en seguida, reconocí que debía leer, así que, por ahora, inicié con Norte y Sur.
Lo primero que debo agregar es que Norte y Sur se publicó por primera vez a través de una revista que dirigía Charles Dickens, amigo de la familia Gaskell, Household Words.
Norte y Sur se publicó en veintidós entregas semanales (septiembre de 1854-enero de 1855) en la revista Household Words, dirigida por Dickens. La primera edición del libro (revisada y ampliada) en dos volúmenes apareció en 1855, seguida a los pocos meses por una segunda edición, también revisada por la autora. Esta traducción corresponde al texto de la segunda edición.
Para elaborar esta entrada debí investigar sobre Elizabeth Gaskell, una mujer admirable por sus condiciones literarias, la “Sra. Gaskell”, como se hacía llamar, es muy apropiada en su estilo (aunque solo he leído esta novela), en su obra desarrolla problemas marcados y probablemente relacionados con el entorno en el que ella vivía en Mánchester, una ciudad industrial.
Otro aspecto que me parece apropiado citar es el que la misma autora explica como prefacio de la segunda adición de su novela:
En su primera aparición en Household Words, esta historia tuvo que adaptarse a los requisitos de una publicación semanal y atenerse a determinados límites anunciados para cumplir con los lectores. Aunque estas condiciones eran lo más ligeras posible, la autora se vio ante la imposibilidad de desarrollar la historia como se había propuesto al principio y, más específicamente, se vio obligada a apresurar los acontecimientos con inverosímil rapidez hacia el final. Para subsanar hasta cierto punto este defecto evidente, se han insertado algunos pasajes cortos y se han añadido varios capítulos nuevos. Con esta breve explicación, se encomienda la historia a la bondad del lector.
«Suplicándole con humildad, piedad y clemencia, que tenga compasión de su torpe estructura.»
Norte y Sur
Norte y Sur gira en torno a la joven Margaret Hale cuya sosegada vida se modifica drástica y dramáticamente cuando su padre, el clérigo de la iglesia anglicana en Helstone, un pueblo del sur de Inglaterra, le anuncia su decidida renuncia a su beneficio.
“No lo entenderías bien si te explicara mi angustia durante los últimos años por saber si tenía algún derecho a conservar el beneficio, mis esfuerzos por apagar mis ardientes dudas con la autoridad de la Iglesia. ¡Oh, Margaret, cuánto amo a la santa Iglesia de la que tengo que excluirme!”
Como es lógico durante esta parte de la novela se desarrolla el conflicto interno de la heroína en comprender, reflexionar y excusar la incomprensible duda de su padre que lo llevaba a renunciar a su cargo como clérigo de la vicaría de Helstone, renuncia que implicaba como adición perder el renombre y prestigio que este oficio le brindaba. Como remedio a su renuncia, los Hale pasarán entonces a vivir a Milton, al norte de Inglaterra, una ciudad moderna por su creciente progreso industrial, donde el señor Hale enseñaría y tendría como a uno de sus alumnos al señor Thornton, un fabricante local, sobre el que Margaret tiene una serie de prejucios, pues a los señores comerciantes de aquella época se les consideraba incultos y apostadores del dinero fácil, pero Thornton estará por demostrarle lo contrario.
No pretendo hacer un resumen total de la novela mas espero que esta entrada sea una invitación para aquellos que no hubieran todavía tratado esta obra de Elizabeth Gaskell, su heroína es representante de la mujer resuelta e inteligente y su protagonista de toda la pasión que es capaz de demostrat un hombre enamorado.

Nota: Como me ha sucedido con muchos de estos clásicos, la lectura debí hacerla descargando en mi computadora una versión pdf desde Internet.

viernes, 20 de agosto de 2010

IFIGENIA



Luego de accidentalmente tropezar con la novela Ifigenia, de Teresa de la Parra, me propuse firmemente adquirir mi propia copia e iniciar mi viaje por una sociedad caraqueña de la que quizás había escuchado pero que desconocía, su lectura captó mi atención no solo por su estilo femenino, vivaz e inteligente narrativa, que me recordaba un poco a mi autora predilecta Jane Austen, sino porque sería la primera vez que leería a una autora venezolana.
Investigué sobre la autora, Ana Teresa Parra Sanojo, la primera vez que me tropecé con su obra, leí que a pesar de ser considerada venezolana nació en París y que fue innovadora en su estilo de narrar para su época en Latinoamérica, también leí que su primer trabajo, Ifigenia, era una introspección de la mente femenina, el diario de una joven que comenzó a escribir porque se sentía “fastidiada”; en mi país, Venezuela, lector, la palabra “fastidio” es sinónimo de aburrimiento, y la heroína de esta historia, de una mente muy independiente, se sentía “fastidiada”, cansada del encierro de la casa de su Abuelita con sus normas y estándares de lo que debían ser las buenas costumbres y la moral de una señorita de sociedad, razón por la que, en lugar de lamentarse día y noche, canaliza este “fastidio” con la estampa de sus impresiones en sus cartas a su amiga Cristina de Iturbe y en su diario. La Primera Parte de la historia, "Una Carta muy Larga Donde las Cosas se Cuentan como en las Novelas. De María Eugenia Alonso a Cristina de Iturbe", inicia con el siguiente párrafo, el párrafo que leí aquel día que tropecé accidentalmente con esta obra, que me cautivó y que me inclinó a leerla:
“¡Por fin te escribo, querida Cristina! No sé qué habrán pensado de mí. Cuando nos despedimos en el andén de la estación de Biarritz, recuerdo que te dije mientras te abrazaba llena de tristeza, de suspiros y de paquetes:
¡Hasta pronto, pronto, prontísimo!”
Todo comienza cuando María Eugenia Alonso, una joven de dieciocho años, regresa a Venezuela, tras el fallecimiento de su padre, para instalarse nuevamente con sus parientes maternos, así, huérfana, debe enfrentar una serie de situaciones que se le van presentando a lo largo de la historia y que debe encarar con el más formado de los carácteres. Una de mis citas predilectas de todo el libro, pues demuestra la vivacidad de la mente de la autora como sus ideas filosóficas, es la siguiente: “Qué triste es llegar para siempre a cualquier sitio”. María Eugenia, al retornar a Caracas, se siente prisionera bajo las órdenes y parámetros sociales de su Abuelita y la apariencia que debe guardar, de acuerdo al criterio de su Tía Clara. A partir de estas premisas el argumento anda solo y narrado desde el particular e irónico lado de una muchacha soñadora e inocente que había sido consentida y adinerada hasta hacía muy poco tiempo.
Ifigenia es una novela venezolana, el retrato de una época, pero sobretodo el lado femenino de una sociedad machista en la que las normas imperaban sobre el buen juicio, la mujer debía someterse a la autoridad del marido, el divorcio constituía el peor de los pecados, las señoritas decentes debían exhibirse en los ventanales de sus casas para obtener pretendientes y la soltería del hombre representaba una cualidad mientras que en la mujer era considerada el más terrible de los malestares y las tragedias, que el matrimonio no podía más que ser el lúgubre remedio de un cruel sacrificio.

Nota:
Cuando en principio inicié la novela me sentía ávida, muy inclinada y en busca de mucho romance pero para mi infortunio esto ocurre gradualmente, el interés de María Eugenia Alonso por Gabriel Olmedo es tratado superficialmente por su autora, su discurso se enfoca más en sus observaciones sobre lo que gira en su entorno, especialemente en la intención de Mercedes Galindo y Tío Panchito en unirla irremediable y esperanzadamente a Gabriel, que en la relación o el roce que existe o no entre estos dos. Es en el último fragmento, y cuarta parte de la obra, Ifigenia, donde ésta desarrolla y condensa los momentos más íntimos y hermosos, esa descripción detallada del afecto de estos dos amantes, que hacía tanto esperaba, la declaración de amor, la dama frustrada, el beso apasionado y la carta con la que el enamorado intenta expiar todas sus culpas.