Siempre he mencionado que tengo una linda historia con Emma por ser el primer libro Austen que se cruzó en mi camino. Me gusta mucho este episodio porque siempre me ha parecido predestinado y casi cósmico que esta librería, donde la compré, nos hubiera unido a esta joya de la literatura y a mí; pues justamente no sobran estos clásicos en un lugar olvidado como éste en el que vivo. También he mencionado antes que es un placer releer a Jane Austen porque sin importar qué tanto conozca su obra, siempre hay un hallazgo nuevo con cada relectura y una nueva percepción sobre el argumento y sus personajes. Y aunque no deseo repetirme, pues ya escribí algo al respecto en mi segundo blog, Ficción Femenina, debo puntualizar acá que Emma es una obra maestra.
Si pudiera escoger alguna de las locaciones de las novelas Austen para pasar una temporada, sin duda alguna la primera que escogería sería Highbury para así codearme con sus pintorescos vecinos; pasarme una velada en Hartfield tomando té y chismoseando con Emma y Harriet; visitar a las Bates para obtener lo correspondiente a la última carta de Jane Fairfax; e inventar una fiesta en la Crown con el señor Weston, un hombre que prefiere reunirse con sus vecinos después de un día de viaje en lugar de retirarse a la paz de su casa.
Emma, a diferencia de otras novelas de Jane Austen, es acerca de un personaje, Harriet Smith, y su grupo de vecinos; una comunidad que te va transportando a lo que será luego una historia, o un enredo de historia, pues, Emma es esta muchachita empeñada en buscarle marido a otra niñita que se le metió entre una ceja y la otra, Harriet Smith, una jovencita que creció y se educó en el instituto de la Señora Goddard y que no tiene ningún tipo de conexiones. Pero encontrarle pareja a la dulce Harriet se volverá un dolor de cabeza para Emma cuando la primera ponga sus ojos en el único hombre cuya distinción está por encima de todos los demás prospectos, el único al que ella podría considerar para casarse, Mr Knightley.
En resumen, Emma es una sátira. Creo que Jane quiso mofarse de muchos paradigmas con este personaje y su novela; quiso mofarse de las niñas ricas y lo tontas que pueden ser al tener un poco de belleza e independencia económica, haciendo a Emma caprichosa, engreída y resuelta en ser la única en tener la razón acerca de todo, pero normalmente equivocada sobre ese mismo todo; y haciendo a Mr Knightley único en ver defectos en su perfección, aunque, casualmente, imperfecta como es, sea muy idónea para él.
Este año se celebran doscientos años desde la primera publicación de esta obra maestra de la literatura inglesa y en este blog dedicado a Jane Austen, lo celebramos.
¡Felicidades, Emma!
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