Poco después de su llegada, Elizabeth oyó decir que Darcy iba a llegar dentro de unas semanas, y aunque hubiese preferido a cualquier otra de sus amistades, lo cierto era que su presencia podía aportar un poco de variedad a las veladas de Rosings y que podría divertirse viendo el poco fundamento de las esperanzas de la señorita Bingley mientras observaba la actitud de Darcy con la señorita de Bourgh, a quien, evidentemente, le destinaba lady Catherine.
Para muchos, y para mí también, esta es una de las partes más emotivas de la novela Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen, porque es en este fragmento de la obra en donde se pueden observar la lucha interna de Darcy sobre sus sentimientos por Elizabeth Bennet y la manera en que gradualmente cambian los de ésta por él. Pero lo cierto es que Darcy, quien había viajado con su primo Fitzwilliam, visitó a los Collins al día siguiente de haberse instalado en Rosings mas no volvió a intimar con el grupo de Hertfordshire sino hasta dentro de una semana en una cena instalada por Lady Catherine.
Una sutil parte del carácter de Mr Darcy, que se refuerza más adelante, es expuesta durante esta cena, en Hertfordshire pudimos conocer algunas facetas de su persona a través de Bingley o de Caroline, y algunas veces a través de sí mismo en sus acaloradas discusiones con Elizabeth, y para reconocer la verdad lo que pudimos percibir fue a un tipo muy arrogante, orgulloso y centrado en su superioridad sobre los demás, sin embargo en esta cena se presenta más franco y dispuesto a dialogar con ella. Particularmente a mí me parece excepcional la manera en que él se acerca a Elizabeth, cuando ella tocaba el piano, y le expone sus razones, mientras ella trataba de ridiculizarlo sobre su apatía para con las damas sin pareja durante aquel baile en Hertfordshire, del por qué se había mantenido a distancia de todos los nuevos conocidos.
Reconozco ––dijo Darcy–– que no tengo la habilidad que otros poseen de conversar fácilmente con las personas que jamás he visto. No puedo hacerme a esas conversaciones y fingir que me intereso por sus cosas como se acostumbra.
Darcy comienza a exponer sus ocultos sentimientos cuando inquieto y solo aparece en casa de los Collins. Elizabeth también estaba sola y la actitud de Darcy la desconcierta.
Una de las características que más admiro en Elizabeth Bennet y su relación con Darcy es que ella, a pesar de que la distinción de un caballero de su importancia era notoriamente hacia ella, su amiga Charlotte en una oportunidad le expresó que de no ser por ella el señor Darcy no se habría presentado en su casa con tanta rapidez, Elizabeth no consideraba que la distinción se debiera a algún interés de Darcy por ella y de hecho la toma por sorpresa su declaración. Una de las características que menos admiro de ella es su incostancia decorada con una sutil coquetería. Muchos admiran a Lizzy por su libre albedrío y determinada necesidad de expresar cuanto se le ocurre, y son dos de las virtudes que más me gustan de ella también, pero si nos damos cuenta, durante la historia, Lizzy tiene cuatro pretendientes, ¿nada mal, no?, de los cuales ella solamente no estuvo interesada en uno, Collins, por todos los demás se sintió atraída, comenzando por Wickham, pasando por el Colonel Fitzwilliam y terminando en Darcy, y todos cuatro admiradores en un lapso de tiempo no mayor a un año.
Durante el tête–à–tête en casa de los Collins, Elizabeth aprovecha la circunstancia para interrogar a Darcy sobre la repentina salida de los Bingley de Netherfield, de esto, lo único que el señor Darcy deja claro en sus contestaciones es que Bingley tiene un carácter muy jovial e inconstante y que tal vez de un momento a otro vendería Netherfield por encontrarse en una edad en la que las amistades le influenciaban y los compromisos como éstas aumentaban sin cesar.
Hasta el momento Lizzy solo sentía antipatía por las maneras de Darcy y por ello no le gustaba encontrarse casualmente con él por la alameda de la finca, recorrido que ella había hecho su predilecto desde que lo descubriera a su llegada a Hunsford, pero con las confidencias que le hiciera el Colonel Fitzwilliam –probablemente el personaje que menos me gusta en Orgullo y Prejuicio por su falta de delicadeza e intuición, es decir, cualquier bajeza podía esperarse de un actor como Wickham, pero que una indiscreción proviniera de el propio primo de Darcy lo encuentro intolerable–, Darcy pasó a ser un ser incorrecto y sin sentimientos. De acuerdo con esas confidencias, Darcy había prevenido a un buen amigo suyo (Bingley) de hacer un matrimonio imprudente. Darcy, no Caroline sino Darcy había privado a su más querida hermana de la felicidad, y sin más excusa ese sencillo hecho bastaba para odiarle.
La Declaración de Darcy
Debido a su nuevo conocimiento de la situación Jane-Bingley-Darcy, Elizabeth se excusó para cenar en Rosings con el impedimento de padecer dolor de cabeza, pero su principal razón para ausentarse era su necesidad de no intimar con Darcy. Pero éste al saber de su indisposición se alteró y acudió a verla para saber de su salud, entonces no aguantó más y le manifestó sus sentimientos:
He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente.
El asunto es que Darcy pensó que por Elizabeth ser de cuna inferior aceptaría sin titubeos una proposición de amor tan prometedora pero lo cierto era que, gracias a la impertinencia del Colonel Fitzwilliam, Elizabeth odiaba a Darcy, ella le atribuía la responsabilidad de haber separado a su hermana de Bingley y ello era algo imperdonable.
En estos casos creo que se acostumbra a expresar cierto agradecimiento por los sentimientos manifestados, aunque no puedan ser igualmente correspondidos. Es natural que se sienta esta obligación, y si yo sintiese gratitud, le daría las gracias. Pero no puedo; nunca he ambicionado su consideración, y usted me la ha otorgado muy en contra de su voluntad. Siento haber hecho daño a alguien, pero ha sido inconscientemente, y espero que ese daño dure poco tiempo. Los mismos sentimientos que, según dice, le impidieron darme a conocer sus intenciones durante tanto tiempo, vencerán sin dificultad ese sufrimiento.
El capítulo XXXIV es importantísimo por esta razón, Darcy declara sus sentimientos a Elizabeth con la menor de las cortesías y con mucha vanidad, sintiéndose seguro de ser aceptado solo porque una persona adinerada le proclamaba sus sentimientos a otra de inferioridad económica. Si la mayoría de los lectores admiramos a Elizabeth Bennet es por esta firmeza de carácter y su manera de rectificar sus errores. La discusión entre Darcy y Lizzy se intensifica cuando Wickham aparece como tema de debate, Elizabeth expone lo que hasta entonces conocía, que Darcy lo había privado de la asignación de una parroquia, la última voluntad del difunto señor Darcy, y Mr Darcy termina ofendido con semejante calumnia.
Mi próxima entrada no se tratará de un resumen o mis impresiones sobre un número de capítulos sino de la carta de Darcy a Elizabeth como tal, para que quede como un hermoso anexo de este blog.
XX.
Aunque son unos capítulos fuertes, con mucha tensión, son muy hermosos y románticos. Las palabras de la primera declaración de Darcy son bonitas, aunque reflejaban bastante orgullo.
ResponderEliminarLizzy siempre será mi heroína favorita, su fuerza de voluntad y su carácter son increíbles y asombrosos.
No pude dejar de notar que subiste unas imágenes de Orgullo y Prejuicio Editorial Juventud, es algo que noté de inmediato, son muy bonitas. Precisamente el libro de OyP que leí la primera vez fue ese. Jamás lo olvidaré, marcó mi juventud.
Besos Marge
Sí, son imágenes que tomé de mi copia de Orgullo y Prejuicio de Editorial Juventud, que es mi primer libro de Orgullo y Prejuicio. La primera vez que leí la novela fue directo de la computadora, jeje. En este lado del mundo, penosamente, Jane Austen no es muy conocida :(
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