Libros / Jane Austen
Para celebrar los 200 años de la novela Northanger Abbey, así como para iniciar un proyecto que tengo con ésta, releí la ópera prima, por así decirlo, de Jane Austen; una novela en la que, si la estudiamos, podemos tomar cuenta de lo que serán los detalles de sus novelas posteriores, que curiosamente hemos leído antes, pues recordemos que esta obra es la primera novela escrita por Jane, publicada póstumamente, y que, lastimosamente, es una de la que menos curiosidad produce a los lectores de Austen.
Pero les prometo que es una novela genial, a mí misma no me gustaba, la primera vez que la leí me aburrió completamente, y todavía no comprendo porqué, pues la he releído dos veces más y la he encontrado fascinante. Es una sátira a la novela gótica por donde se le mire, lo que hace que la novela aumente en puntuación. No es la novela romántica que es Orgullo y Prejuicio, nada se le comparará nunca a OyP, pero si no has intentado NA es un *must*, como dirían los americanos, un deber.
Ahora bien, las verdaderas lecturas de febrero, porque NA se quedó en una especie de limbo entre enero y febrero, han sido Nuestro Caos y Cariño, Cuánto te Odio, o The Hating Game, como prefiero llamarla, pocas veces estoy de acuerdo con las traducciones de los títulos del inglés al castellano.
Nuestro Caos es la primera novela de la autora Sira Duque, sobre el encuentro entre dos jóvenes que están tratando de resolver el enredo de sus vidas. No necesito decirles que es una novela romántica, eso ya deben suponerlo, sino no la habría leído con tanta avidez, para jóvenes adultos y no tan adultos, como yo.
Una reseña más detallada de la novela está disponible en el segmento Mi Lectura Indie, de mi primer blog Ficción Femenina.
Pero hablemos ahora del que ha sido mi crush del mes, esta novela que me mantuvo con los ojos estrallados y disminuyéndole el brillo a la aplicación de epub para evitar que me lagrimearan más de la cuenta los ojos, The Hating Game.
Había visto que la gente estaba hablando de ella en algunas cuentas de Instagram y que tenía buenas valoraciones en Goodreads, así que cuando se atravesó en mi camino me hice de ella sin pensarlo, además de que tiene una sinopsis bien hecha. En el momento que empecé a leerla necesitaba algo simpático y fue justo lo que esperaba y necesitaba. La frescura con la que está narrada me recordó la simpatía de otras novelas del género de la comedia romántica como Tengo tu Número o Asking for Trouble, la chispa de su autora, Sally Thorne, es especial y la intensidad que pone a los personajes en la parte romántica es de suspiro. Cuando llegué al climax de la novela, un beso apasionado dentro de un ascensor, les doy ese spoiler --lo siento--, necesité leer hasta terminar el trabajo. Si pudieras leer mi copia encontrarías casi todo el ebook con highlights, particularmente las respuestas romántico-mordaces de Joshua, su protagonista, de cuyo cerebro y sentimientos por Lucy me he enamorado completamente.
Ahora les cuento un poco de qué se trata The Hating Game, o, en español, Cariño Cuánto te Odio.
Las empresas editoriales para las que han trabajado Lucy Hutton y Joshua Templeman se han funcionado formando Bexley&Gamin, ella viene de los Gamin, que se preocupan por encontrar la próxima sensación literaria mientras los Bexley se enfocan en los números y en las ventas; obviamente ella es una Gamin y él un Bexley, y cada uno está obligado a trabajar frente al otro como asistente de los dueños de las firmas anteriores aunque se odien a muerte. Alrededor del tiempo Lucy ha inventado una serie de juegos con su compañero que en conjunto constituyen el gran Juego del Odio, pero todos sabemos que del odio al amor hay un paso y ella ama odiarlo a él.
Frases del libro:
Odiar a una persona se parece de forma inquietante a estar enamorado de ella.
Los libros eran, y serán siempre, algo digno de respeto y dotado de magia.
Cuando conocí a Joshua cometí un grave error, le sonreí.
Mi combustible es el odio que me provocas.
Tienen en la pared a Shakespeare como si fuera un chico calendario.
Mira, Fresita, si estuviéramos coqueteando te habrías dado cuenta.
A Joshua Templeman se le saldrá el café por las narices cuando haga mi entrada.
Es una verdad corporativa universalmente reconocida que los empleados preferirían comer esqueletos de rata antes que participar en actividades grupales.
Él me roba un par de patatas fritas del plato como si fuera lo más natural del mundo.
Seguramente desprendo un resplandor postorgásmico de proporciones nucleares.
Yo te miro porque me gusta mirarte. Es interesante mirarte.
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