Desde hacía bastante tiempo quería leer una novela de Jane Austen: Lady Susan, pero la oportunidad no se había presentado; me encontré con que está narrada de manera epistolar y esta particularidad me recordó que una vez leí que ella, Jane, tuvo la intención de relatar en este estilo Elinor y Marianne¸ hoy conocida como Sense and Sensibility (Sensatez y Sensibilidad). Bien, no he avanzado tanto en la lectura de Lady Susan, no porque me desagrade, hasta ahora no puedo establecer esa opinión ni ninguna otra, sino por mucha falta de tiempo para dedicarme a una de mis pasiones: la lectura; no obstante quisiera relatar ahora mis impresiones sobre las primeras cinco cartas que he leído.
Carta I.
De Lady Susan Vernon al Sr Vernon
En esta carta, Lady Susan expresa su gratitud a su cuñado por recibirla próximamente en su morada. Jane expone con agudeza y sarcasmo, al que nos tiene acostumbrados a sus lectores, las razones por la que ésta decide aceptar la invitación de su cuñado y dejar a la familia con la que se encuentra en Langford, por acá hago mi informal traducción: “Mis queridos amigos se sienten deseosos de que prolongue mi estadía, pero sus hospitalarias y ruidosas disposiciones los guían en demasiados eventos sociales para mi situación presente y estado mental”; además hace referencia a una hija a la que ha descuidado en atenciones debido a la enfermedad de su difunto padre, y con esto Lady Susan sería el primer personaje principal de Austen en estar casada y con descendencia.
Carta II.
De Lady Susan a la Sra Johnson
Con esta misiva se empieza a conocer un poco más la historia y las verdaderas razones por las que Lady Susan debe dejar Langford, su impropio comportamiento no solo con Mr Manwaring sino con el prometido de la Srta Manwaring, Sir James Martin. “Las mujeres de la familia se han unido en mi contra”, reconoce en la carta a su amiga Alicia, “Manwaring es tan agradable que me sentí sin aprensiones”. Existe en adición una muy celosa Sra Manwaring y este Sir James, Lady Susan explica, había solicitado en matrimonio a su hija, Frederica, “la más grande bobalicona de la tierra”, pero Frederica no aceptó y Lady Susan se excusa en esto para generar la poca cordialidad entre Sir James y Miss Manwaring porque insiste en arreglar tal matrimonio.
Carta III.
De Mrs Vernon a Lady De Courcy
El chismorreo siempre presente en las novelas de Jane Austen empieza a hacerse perceptible con esta tercera carta. “Ella expresa un fuerte deseo en conocerme, y hace una generosa mención de mis hijos, pero no me siento inclinada en suponer que una mujer que no ha sido ni atenta ni afable con su propia hija, se sentiría atada a alguno de los míos”, es un fragmento de la correspondencia entre la Sra Vernon, concuñada de Lady Susan, y la madre de ésta, que añade un poco la percepción que tienen otros personajes de una mujer que goza del título de Ladyship, señoría. También me parece que Jane, en tono irónico, nos dibuja la vanidad de estos personajes distinguidos o quizás la apreciación que de estos tenían los demás ciudadanos de su entorno.
Carta IV.
De Mr De Courcy a Mrs Vernon
Más cotilleo, Mr De Courcy es el hermano de Mrs Vernon, quien no ha conocido personalmente a Lady Susan, sin embargo ha tenido muchas referencias de ésta y sobre ello escribe a su hermana: “Mi querida hermana, te felicito a ti y al Sr Vernon por recibir en su familia, a la más consumada coqueta de toda Inglaterra”. Otra vez Jane se vale de terceras personas para dejarnos saber, con toda la ironía, el carácter de una mujer de rango social distinguido; no obstante, como no he avanzado tanto en la lectura, no puedo asegurar que de verdad sea el carácter de esta Señora pues todo el cotilleo sobre su persona ha sido de acuerdo a lo que se escucha sobre ésta en los vecindarios.
Carta V.
De Lady Susan a la Mrs Johnson
En la quinta correspondencia Lady Susan ya dejó Langford para instalarse en Churchill junto a la familia de su cuñado, y escribe a su amiga la Sra Johnson, Alicia; en esta carta describe a su cuñada, la Sra Vernon, cuya conducta no la satisface del todo pues la percibe predispuesta en su contra. Lady Susan presume que la antipatía que siente su cuñada hacia ella se debe a una situación del pasado en la que ella y su esposo evitaron que Charles Vernon, esposo de Mrs Vernon, comprara la propiedad de la familia en el punto en el que estaba por casarse con la Sra Vernon y no al cotilleo que se teje en relación a su impropia conducta con Mr Manwaring o Sir James Martin en Langford. “¡Pobre Manwaring! –no necesito decirte cuánto lo extraño– cuan perpetuamente está en mis pensamientos”, ella describe de ese modo sus sentimientos, y Jane para, quizás, dejar entrever o no la verdadera conducta de su inusual heroína, compromete, a través de la autora de la carta, a la Sra Johnson para que sea la intermediaria de la correspondencia entre estos dos.
Nota: Todas las frases citadas de la novela Lady Susan fueron traducciones hechas bajo mi criterio y entendimiento de las cartas en inglés, y podrían no ajustarse al verdadero sentido de éstas, sin embargo las considero fieles al argumento; en caso de que alguna no esté de acuerdo a este sentido al que me refiero, agradecería la corrección.
sábado, 28 de agosto de 2010
viernes, 20 de agosto de 2010
IFIGENIA
Luego de accidentalmente tropezar con la novela Ifigenia, de Teresa de la Parra, me propuse firmemente adquirir mi propia copia e iniciar mi viaje por una sociedad caraqueña de la que quizás había escuchado pero que desconocía, su lectura captó mi atención no solo por su estilo femenino, vivaz e inteligente narrativa, que me recordaba un poco a mi autora predilecta Jane Austen, sino porque sería la primera vez que leería a una autora venezolana.
Investigué sobre la autora, Ana Teresa Parra Sanojo, la primera vez que me tropecé con su obra, leí que a pesar de ser considerada venezolana nació en París y que fue innovadora en su estilo de narrar para su época en Latinoamérica, también leí que su primer trabajo, Ifigenia, era una introspección de la mente femenina, el diario de una joven que comenzó a escribir porque se sentía “fastidiada”; en mi país, Venezuela, lector, la palabra “fastidio” es sinónimo de aburrimiento, y la heroína de esta historia, de una mente muy independiente, se sentía “fastidiada”, cansada del encierro de la casa de su Abuelita con sus normas y estándares de lo que debían ser las buenas costumbres y la moral de una señorita de sociedad, razón por la que, en lugar de lamentarse día y noche, canaliza este “fastidio” con la estampa de sus impresiones en sus cartas a su amiga Cristina de Iturbe y en su diario. La Primera Parte de la historia, "Una Carta muy Larga Donde las Cosas se Cuentan como en las Novelas. De María Eugenia Alonso a Cristina de Iturbe", inicia con el siguiente párrafo, el párrafo que leí aquel día que tropecé accidentalmente con esta obra, que me cautivó y que me inclinó a leerla:
“¡Por fin te escribo, querida Cristina! No sé qué habrán pensado de mí. Cuando nos despedimos en el andén de la estación de Biarritz, recuerdo que te dije mientras te abrazaba llena de tristeza, de suspiros y de paquetes:
¡Hasta pronto, pronto, prontísimo!”
Todo comienza cuando María Eugenia Alonso, una joven de dieciocho años, regresa a Venezuela, tras el fallecimiento de su padre, para instalarse nuevamente con sus parientes maternos, así, huérfana, debe enfrentar una serie de situaciones que se le van presentando a lo largo de la historia y que debe encarar con el más formado de los carácteres. Una de mis citas predilectas de todo el libro, pues demuestra la vivacidad de la mente de la autora como sus ideas filosóficas, es la siguiente: “Qué triste es llegar para siempre a cualquier sitio”. María Eugenia, al retornar a Caracas, se siente prisionera bajo las órdenes y parámetros sociales de su Abuelita y la apariencia que debe guardar, de acuerdo al criterio de su Tía Clara. A partir de estas premisas el argumento anda solo y narrado desde el particular e irónico lado de una muchacha soñadora e inocente que había sido consentida y adinerada hasta hacía muy poco tiempo.
Ifigenia es una novela venezolana, el retrato de una época, pero sobretodo el lado femenino de una sociedad machista en la que las normas imperaban sobre el buen juicio, la mujer debía someterse a la autoridad del marido, el divorcio constituía el peor de los pecados, las señoritas decentes debían exhibirse en los ventanales de sus casas para obtener pretendientes y la soltería del hombre representaba una cualidad mientras que en la mujer era considerada el más terrible de los malestares y las tragedias, que el matrimonio no podía más que ser el lúgubre remedio de un cruel sacrificio.
Nota:
Cuando en principio inicié la novela me sentía ávida, muy inclinada y en busca de mucho romance pero para mi infortunio esto ocurre gradualmente, el interés de María Eugenia Alonso por Gabriel Olmedo es tratado superficialmente por su autora, su discurso se enfoca más en sus observaciones sobre lo que gira en su entorno, especialemente en la intención de Mercedes Galindo y Tío Panchito en unirla irremediable y esperanzadamente a Gabriel, que en la relación o el roce que existe o no entre estos dos. Es en el último fragmento, y cuarta parte de la obra, Ifigenia, donde ésta desarrolla y condensa los momentos más íntimos y hermosos, esa descripción detallada del afecto de estos dos amantes, que hacía tanto esperaba, la declaración de amor, la dama frustrada, el beso apasionado y la carta con la que el enamorado intenta expiar todas sus culpas.
sábado, 14 de agosto de 2010
Letters to Juliet (Cartas a Julieta)
Me gusta pensar que la otra noche tuve una cita con mi esposo, fuimos al cine a ver Letters to Juliet (Cartas a Julieta), una película que me causaba mucha ilusión mirar y que agradablemente no me defraudó; es una de esas historias femeninas que reúne todos los elementos que nos gustan a las mujeres, la joven solitaria, aunque ésta está comprometida durante la mayor parte de la trama, e insatisfecha que halla el verdadero amor de manera inesperada, solo que esta película tiene, en adición, un toque sentimental que va ligado a la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta.
El argumento se desarrolla cuando Sophie viaja con su prometido a Italia, como paseo pre-nupcial, y allí tras encontrar una carta dirigida a las "Secretarias de Julieta", que data de 1.951, y luego de que ella misma contesta dicha carta, se involucra con Claire, autora de la correspondencia, y su nieto con el fin de hallar a este Romeo, a este amor inconcluso de la juventud de Claire. Es una historia entretenida y agradable de mirar con un final muy Shakespireano, un Romeo de esta era que trepa el balcón de Julieta; sin embargo, yo, particularmente, habría preferido otro desenlace, y estas son mis opciones:
1.- Sophie escribe una carta a las "Secretarias de Julieta" en la que relata su cariño por Charlie, las "Secretarias de Julieta" responden un adjunto con copia a Charlie y éste viaja hasta Nueva York para luchar por el amor de Sophie, obviamente éste lo gana.
2.- Charlie -y quizás éste habría sido el final que más me habría gustado- es quien deja la carta en el "Muro de Julieta", luego sus secretarias hacen saber a Sophie que éste continúa enamorado de ella, ella, como es infeliz, termina la relación con su prometido, busca a Charlie, y colorín colorado...
3.- Víctor es quien escribe la carta a las "Secretarias de Julieta" en la que expresa su arrepentimiento por haberse mostrado insensible y desinteresado por Sophie durante el paseo a Verona y, más importante, Sophie le perdona (este final tampoco me habría disgustado).
Bien, de cualquier forma es una bonita historia de ver y muy emblemática de las comedias románticas.
martes, 10 de agosto de 2010
Inspiration
For a long time I wanted to create a blog and today I started to do it. This blog will be dedicated to several of my interest, movies, reading, but mostly Jane Austen; and in honor to her is its title "Querida Jane" (Dear Jane).
I did not know who Jane Austen was, I did not know that she even exist, shameful because I was twenty seven or twenty eight years old when I found myself interested into reading her job, and unlike hers there is no other books that makes me more happy.
My interest on movies led me to her, I had seen Pride and Prejudice, Keira Knightley's version, twice, and I had found it so charming, one of the most beautiful love stories that I had seen represented at the movies, but without caring that it was based on a book. Finally was that afternoon when my husband and I enjoyed a similar movie, Becoming Jane, when Jane Austen ended conquering me.
The similarity between the two movies, although one of them was more realistic than the other, got my interest, that impossible love between Tomas Lefroy and a young Jane looked so special and real... that for a girl obssesed with love movies had to capture her, but was the last scene, that unreal scene in Jane's real life, when Tomas Lefroy, after several years, find the successful british writer, author of Pride and Prejudice, that didn't got married by choice and dedicated herself to the work she felt passion with, to write novels, the moment that I became an addict to everything Jane Austen means.
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