Contrario a alguna gente, que solo disfruta los feriados que coinciden con los días viernes y
lunes -porque así tienen un fin de semana largo-, a mí sí me resultan los que
caen en medio de la semana porque son como un domingo adicional. Los feriados
en la mitad de la semana me permiten relajarme, holgazanear y tomar tiempo para
celebrar una de las actividades que más me causan regocijo; ver películas.
Este pasado 24
de julio, día en que celebramos el natalicio del Libertador, Simón Bolívar,
aproveché de ponerme al día con algunas películas que Esposo, dedicadamente,
había ubicado para mí; entre ellas, Hysteria.
No sabía de
qué trataba Hysteria, solo sabía que se trataba de una película inglesa de época;
lo que no imaginaba es que trata de la creación –y sus entretelones– de un popular
invento que hoy en día es adquirido, especialmente, por el público femenino.
En Londres de
1.880, el Dr. Granville es un médico progresista sobre el cuidado de los
enfermos, promueve el lavado de las manos y la limpieza de las heridas como
medida para prevenir enfermedades y la septicemia, pero los hospitales son
comandados por otros médicos que emplean la medicina tradicional, que está opuesta
a los adelantos de la medicina. Cuando el doctor Granville es devuelto de la
práctica por haber intentado cambiar el curtido vendaje de una anciana enferma,
decide renunciar a los hospitales para ejercer la profesión individualmente; y
la manera que tiene para hacerlo es unirse a la práctica privada del doctor
Robert Dalrymple, cuya consulta consiste en tratar a las señoras adineradas que
padecen Histeria.
Histeria es una película inglesa del género romance y period drama, protagonizada por Hugh Dancy y Maggie Gyllenhaal, que expone las situaciones durante la praxis de la medicina de un médico de clase media, su adinerado mentor y su millonario amigo, cuando las circunstancias lo llevan a crear, con fines medicinales, uno de los inventos más populares de hoy en día, el consolador.
Esta película
me encantó; primero, porque es una película inglesa, lo cual asegura que sea de gran
calidad; segundo, porque es period drama, costume drama: una película de época;
tercero, porque es simpatiquísima, impregnada del más agradable humor inglés; cuarto, porque
su protagonista femenina, el personaje Charlotte Dalrymple (Maggie Gyllehaal),
es progresista, tiene una mente adelantada a su época, e idealista y el
protagonista masculino, el doctor Granville (Hugh Dancy) es encantador,
inocente, simpático e influenciado por el personaje femenino –me encanta cuando
esto sucede en estas historias–; y cuarto, porque es preciosamente romántica. Adicionalmente,
es enriquecedor conocer cómo solía ser tratada la inexistente “histeria
femenina” en aquel tiempo, los adelantos alcanzados en la medicina y el giro
que ocasiona la peculiar práctica cuando, el doctor Granville, por su propia
afección, hace una mala práctica a una de las “pacientes histéricas” que luego
produce la creación de uno de los artefactos eróticos más consumidos hoy en
día.
En mi lista de películas favoritas que he visto este año...
...Por cierto, no
se trata de una película erótica.