lunes, 6 de enero de 2014

Emma



Emma Woodhouse, bella, inteligente y rica, con una familia acomodada y un buen carácter, parecía reunir en su persona los mejores dones de la existencia; y había vivido cerca de veintiún años sin que casi nada la afligiera o la enojase.

Emma es una de las novelas más fascinantes de la autora inglesa Jane Austen. Es, básicamente, una sátira acerca del conflicto y el empeño de esta niña mimada en creer y querer hacer su voluntad aun cuando se trate de la felicidad de terceros.
Toda la novela transcurre en el empeño de Emma de buscarle marido a su amiga Harriet Smith, que no es más que una inquilina en el instituto de la señora Goddard y que es conocida como la “hija natural de alguien”. Robert Martin es el eterno enamorado de Harriet Smith y le ha pedido matrimonio pero Emma, aprovechándose de la ingenuidad de su nueva amiga, desaprueba esta unión porque no cree a Robert Martin merecedor del afecto y de las conexiones actuales de la señorita Smith.
La única persona que pone reparos en las actuaciones de Emma es Mr Knightley, el viejo amigo de la familia.
Emma es una novela que atesoro por haber sido la primera historia de Austen que leí. Es una novela de personajes tan pintorescos, o quizás más, como los de Orgullo y Prejuicio, de enredos, fantasías y de amor. Mr Knightley es, probablemente, uno de los caballeros más encantadores de la literatura Austeniana, tiene una seguridad fascinante y un diálogo enérgico y cautivante. Diría que es mi favorito si no fuera por Mr Darcy. Por su parte, Emma es muy contraria a lo que uno pensaría de una protagonista, es vanidosa y demasiado consentida; Jane Fairfax, su antagónica, habría sido una protagonista perfecta, pero Jane Austen, cuando creó Emma, aseguró que sería una protagonista que no gustaría a nadie, excepto a ella. La magia de Emma es que sus sentimientos, como su conducta, se van modificando en la medida en que incurre en más y más errores.

Enlaces relacionados:

No hay comentarios:

Publicar un comentario