Lamento exponer que nunca he visto El Mago de Oz, habría sido más significativo para mí, de haber visto esta película, la lectura de Wicked; sí, finalmente, después de largos meses, terminé de leer Wicked. Lamento también exponer que tampoco he leído el libro L. Frank Baum en el que se inspiró la Metro Goldwyn Meyer, en el año 1.939, para la adaptación cinematográfica de The Wizard of Oz, y que habría enriquecido mi percepción sobre la creación de Gregory Maguirre, Wicked.
Wicked. Memorias de una Bruja Mala.
Mi historia con Wicked consiste en que mi hermana vio la famosa obra de teatro y le gustó tanto que cuando vio el libro no se contuvo e invirtió en dos, una para ella y otro para mí. Confieso que estuve a poco de dejar la lectura, solo continué porque se trataba de un obsequio de mi querida hermana y no lo podía menospreciar. Al final valió la pena.
Por allí dicen que todas las historias tienen dos lados, pues eso es lo que sucede con Wicked, que no es más que la otra parte del cuento The Wizard of Oz, lo que sucede antes de que Dorothy aterrizara, gracias a un tornado que la arrastró desde Kansas hasta Oz, sobre “la Bruja Mala del Este”, ¿pero quién era esta Bruja Mala del Este?, ¿quién era Elphaba, “la Bruja Mala del Oeste”?, y ¿quién era Glinda, la Bruja Buena, que prendó a Dorothy con los mágicos zapatos rojos?; ¿quiénes eran todos estos personajes? He aquí la introspectiva bajo la ingeniosa letra de Gregory Maguirre.
Wicked es una novela que se divide en V partes: Los Munchkins, Gillikin, La Ciudad Esmeralda, En El Vinkus y El Asesinato Y Lo Que Vino Después. Su heroína es Elphaba una mujer que tiene la poca fortuna de nacer de color verde dentro de un matrimonio disfuncional, un padre clérigo ferviente de su religión y una madre adultera. El día que nació Elphaba está marcado por una serie de premoniciones, había un reloj que era llevado de pueblo en pueblo y que tenía la virtud de anunciar, y ridiculizar, eventos importantes, el Reloj del Dragón del Tiempo, cuando Frex, el padre de la niña se aparta de su parturienta mujer para profesar en Rush Margins, el encantado reloj recrea una situación referente al matrimonio de Frex y Melena, la madre de Elphaba, que marca el destino de Frex y su familia. La función del Reloj del Dragón del Tiempo era medir el tiempo del alma y no del mundo, tema que inquieta a Elphaba durante el desarrollo de la novela, ¿tenía ella alma?
La niña Elphie se vuelve adolescente y asiste a la universidad de Shiz donde conoce a Galinda, Glinda (la Bruja Buena). En Oz habían animales y Animales, los Animales eran cultos, hablaban y se desenvolvían entre los humanos, uno en especial, el doctor Dillamond (que era una cabra), un biólogo estudioso de las virtudes y derechos de los Animales, estaba muy cerca de demostrar que no había ninguna diferencia entre la naturaleza humana y la Animal. Sin embargo éste era un asunto que a algunos humanos, como la señora Morrible (la directora de Crage Hall, y, probablemente, El Mago, no estaban de acuerdo. Dillamond es asesinado debido a los avances de sus estudios, y Elphaba hace responsable del homicidio a la señora Morrible. Tras el intento de la señora Morrible de conseguir una alianza con las tres mejores alumnas de Shiz, Glinda, Nessarose (hermana de Elphaba) y Elphaba, para servir a un ser superior, que se suponía era El Mago, Elphie se marcha de Shiz y desaparece durante diez años, hasta que Fiyero, uno de los compañeros de clases de la universidad de Shiz, la encuentra fortuitamente en Ciudad Esmeralda.
He tratado de resumir la primera parte de Wicked, importantísima para el término de la novela, que es cuando “la Malvada Bruja del Oeste” (Elphaba) se encuentra con Dorothy, la niña del otro cuento, El Maravilloso Mundo de Oz, y se entrelaza un argumento con el otro –o por lo menos eso espero–. Lo agradable e irónico de esta versión es que Elphaba nunca fue Bruja ni practicó la hechicería ni mucho menos fue mala. Wicked es, como dije, el otro punto de vista de toda historia, desde la muy imaginativa apreciación, y explicación, de otro autor.