miércoles, 7 de diciembre de 2016

Gente de Pemberley


Es mucho lo que puedo decir de esta obra que, se nota, ha sido escrita desde el corazón de una mujer que, como cualquiera de nosotras, admira profundamente el legado de Jane Austen. 

Intenté leer el libro sin incomodarme, mas, no voy a negarlo, en algunos momentos tuve mis disputas internas con la autora; sin embargo, a pesar de que cuando se trata de Jane soy la lectora más difícil de complacer, debo reconocer que esta novela ha sido especial. Marie-Laure Sébire consiguió crear un mundo que, si bien no tiene precisamente el carácter pintoresco de lo dibujados por Jane Austen --la obra ha sido un poco seria para mi gusto--, tiene un ambiente que invita a quedarse entre los caminos de Londres, Pemberley y Rosings, y esto es, sin más que agregar, excepcional.


Siguiendo, y cumpliendo, el epílogo de Orgullo y Prejuicio, la obra más popular y querida de Jane Austen, Gente de Pemberley continúa el "felices para siempre" de la unión entre Darcy y Elizabeth, sus inseguridades durante los primeros años de matrimonio, la conformación de la familia y los cambios que suceden en Inglaterra en el tiempo en que nos deja Jane. El destino de algunos personajes como Lydia y Wickham es perfectamente merecido; creo que todo el mundo esperaba y hasta les deseaba un desenlace fatal, y justo Marie-Laure Sébire nos premia con este obsequio; en general, creo que cada quien recibió lo que cosechó, excepto la pobre Jane Bingley, de quien no voy a adelantar más pues sería spoiler mayor. 
No obstante, mi inconveniente con la novela es que, para ser la continuación de una obra tan importante, que tiene ciertas características tan especiales, no siguiera el mismo tono narrativo y particular de Jane Austen, y aunque tal vez esto no sea problema, pensará el lector, sí hay que tener en cuenta que las desgracias son muy bien cuidadas en los libros de Jane Austen y, seguramente, más que cuidadas, son ignoradas; además de Fanny Price, Elinor y Marianne Dashwood, cuyas vidas no fueron las más fáciles, las desgracias en todas sus obras fueron contadas y, si aparecían, eran decoradas con mucho humor. Es lo único que le reprocho a la autora, con todo respeto, si acaso hubiera algo que reprochar, del resto tenemos una novela bien escrita, con mucho sentimiento y que, como dije antes, retrata bastante bien, olvidándonos que se trata de la continuación de una obra maestra, la Inglaterra cambiante del siglo XIX.


Con esta revisión, la segunda fase del Proyecto Austen 2016, Gente de Pemberley, queda completada.

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