Es complejo exponer cómo me siento sobre la
trilogía de moda, Fifty Shades of Grey.
Como expuse en mi entrada anterior, sobre
Fifty Shades of Grey, mi principal disgusto con esta novela es el paralelismo
que tiene con la serie de libros de Stephenie Meyer, Twilight, de la que soy aficionada, aunque este paralelismo es
menos perceptible en Fifty Shades Darker,
que fue, sin duda, la novela que más me gustó entre las tres. Pero comencemos.
Fifty Shades Darker
Si alguien no ha leído alguna de estas
novelas y tiene intención de sorprenderse mientras la lee, absténgase de ver
esta entrada.
Retomando el hilo de la historia; en Fifty
Shades of Grey, la novela escrita por la autora inglesa E.L. James, Anastasia
Steele, una joven estudiante de literatura inglesa de la WSU entrevista para el
periódico que edita a su amiga, Katherine Kavanahg, al exitoso, y tremendamente
bien parecido, empresario Christian Grey. La atracción entre ellos es
instantánea y Christian le busca nuevamente para proponerle un curioso acuerdo;
Christian es, de alguna manera, un hombre medio pervertido que practica el sexo
duro. El asunto está en que la chica Steele es una jovencita inocente enteramente
y él debe convencerla para que sea su sumisa,
estado que ella estudia aceptar mientras va probando las habilidades
experimentadas de su amante, pero la relación se estropea cuando en una de las
prácticas de BDSM, Christian se extralimita con Ana y Ana le deja humillada ante
el maltrato físico y psicológico que sufre. El top de aquella novela para mí.
Cincuenta Sombras más Oscuras (Fifty Shades
Darker) inicia con Ana todavía abatida por el término de su relación con
Christian pero intentando hacerse una carrera profesional como la asistente de
Jack Hyde, editor de SIP, una editorial independiente de Seattle.
Lo cierto es que la depresión de Ana por
Christian no sobrepasa los dos primero capítulos ni cinco días de duelo, en
seguida están de vuelta, lo cual me decepcionó un poco pues pensé que habría
algo más de sufrimiento, al fin y al cabo es su primer amor, y resultó un tipo
pervertido; y es el hilo de los hechos en New
Moon (*intentando ser irónica*); sin embargo las cosas se van dando bien.
El centro de esta novela, para mí, se enfoca
en la principal confesión de Christian, el chico admite que todas sus sumisas
cumplen con un patrón, son pequeñas, delgadas y de cabellera oscura porque,
reconoce, le recuerdan a su progenitora y por eso le gusta maltratarlas. Antes
que esta confesión sea dicha, Ana le promete que nunca más le dejará y la chica
no se agobia por la menuda confesión sino que Christian le permite que asista
con él a una de las consultas psiquiátricas que mantiene con el doctor Flynn,
quien le tranquiliza a Ana al respecto.
Como ya expuse, si tuviera que escoger una
novela favorita entre las tres, Fifty Shades Darker sería la que más me gustó
por ser la más romántica. Primero, Grey se muestra arrepentido y confiesa que
las palabras que tuvo Ana para con él durante su último encuentro y que le
hubiera dejado significaron el gran giro que dio a su estilo de vida, el BDSM
por una relación vainilla. Los encuentros entre ellos son muy románticos, ya no
hay tanto erotismo sino más romanticismo y mi parte favorita del libro, a pesar
de que Grey le propone matrimonio, es cuando le permite tocarlo, lo que resume
un gran gesto de amor para él. Lo más inquietante fue cuando, implorando el
perdón de Ana, se tiende a sus pies en posición de sumiso. Eso fue bajo, aunque,
visto desde el ojo de la autora y para enriquecer el libro, supongo, era necesario
demostrar esa fragilidad en este caballero oscuro.
Los momentos de acción suceden cuando Leila,
una antigua sumisa, empieza a acecharlos poniendo en riesgo la vida de Ana
cuando irrumpe en su departamento armada. Esta escena es importante porque
verdaderamente puede observarse la relación Amo-sumisa entre Christian y Leila,
aunque él solo adopta esa posición para poder desarmarla. Otra escena
importante sucede en el cumpleaños de Christian cuando Elena, la mujer que
le ingresó en ese alocado mundo, interfiere entre él y Ana, y Grace, la madre de
Christian, le escucha confesar que fueron amantes cuando él era muy joven.
Christian le reconoce a Ana que, que su madre se enterara de esa verdad parcial
fue como quitarse un gran peso de encima. En la oficina, Jack Hyde intenta
sobrepasarse con Ana, entonces Christian, quien compró SIP, luego de una merecida paliza, le despide. Y, la angustia se
apodera de toda la familia y familiares cuando en un viaje a Vancouver, por
negocios, el Charlie Tango, el
helicóptero de Christian, sufre una grave avería que le obliga a hacer un
peligroso aterrizaje, lo cual expone los nervios de sus familiares pues ellos y
Ana le creen muerto al saber que el helicóptero estaba desaparecido. Pero el
hombre regresa vivo y coleando.
Fifty Shades Freed
Al mejor estilo de Breaking Dawn, como no podía haber dos narradores acá -a menos que uno fuera Christian, pero no optó por esto-, la autora
emplea la narración en retrospectiva; va y viene del pasado al presente; bueno,
no tanto al pasado sino de la boda a la luna de miel y va transportando al
lector de esa manera hasta que Ana y Christian regresan a Seattle. En Seattle
deben afrontar nuevos problemas, mientras estaban de luna de miel la oficina de
Christian tuvo un intento de incendio. También, en una secuencia de acción, Ana
se libra con su marido de un vehículo que les venía siguiendo. Descubren que el
autor de cada crimen, el Charlie Tango y
el incendio de la oficina de Christian es responsabilidad de Jack Hyde, quien
había estado detenido por el acoso contra Ana y que es sacado de prisión con
una fianza que paga Linc, el esposo de Elena, pero esta última intriga la
conocemos al final de la novela; así como otros anécdotas que no voy a revelar porque le
quitarán todo el suspenso a esta historia. Pero digamos que es muy, pero muy,
Breaking Dawn.
Lo que me gustó más de esta última novela es
el progreso de Christian y lo que más me encantó es que Ana ya podía tocarlo
sin reservas aunque en pocas oportunidades le solicitara su aprobación para hacerlo.
Hay muchos otros detalles de Fifty Shades
Freed (Cincuenta Sombras Liberadas) que me estoy reservando, por la emoción que
sugieren, pero hay una parte crucial en la historia que revela toda la
vulnerabilidad de este complejo hombre y que le deja expuesto de todos sus
temores, demonios y fantasmas de la manera más adorable e intensa aun cuando
estaba preso de sus miedos.
Fifty Shades of
Grey Trilogía,
sentimientos encontrados, no sé si me gustó muchísimo o si no me gustó nada,
pero dejo a su favor que la autora creó un personaje complejo, casi Brontesco,
y encantador, que es Christian Grey, y que es el centro de esta novela, al que le perdonamos todo y al
que todas queremos darle cariño.